La Burger Week de La Paz tuvo ha tenido un toque de distinción estas fiestas. Decenas de restaurantes de la capital política boliviana abrieron sus puertas para ofrecer hamburguesas innovadoras. Mientras degustaban las recetas chic, los invitados, entre ellos presentadores de televisión, modelos e integrantes de la farándula, no se demoraron en levantar sus copas para celebrar lo bueno por llegar de un 2020 sin Evo Morales. Política y gastronomía se hermanaron en el gesto.

La senadora Jeanine Añez, a cargo del Gobierno de facto, también encontró razones para el festejo y se vistió de Mamá Noel para repartir juguetes y dulces. La presidenta autoproclamada hizo saber en twitter la emoción que sintió en Navidad frente al "cariño de corazones solidarios y nobles" como lo de los niños. A los padres todavía no parece convencerlos: su intención de voto de cara a las elecciones que debe convocar en las próximas semanas no supera el 9%.

Añez también recibió a los pastores evangelistas en el Palacio Quemado para orar, con las manos alzadas, por la protección del Altísimo. Ella ya tiene al menos un resguardo terrenal eficaz: Donald Trump le ofreció todo su apoyo en las tareas de "pacificación" boliviana.

Orden de arresto contra Morales

Entre los "regalos" que publicitaron de manera entusiasta las autoridades provisionales se encontró la orden de arresto contra Morales. Fue apenas un ademán simbólico porque el presidente que debió dimitir por presión militar se encuentra en Argentina como refugiado político. Tal es el respaldo del mandatario anfitrión Alberto Fernández que Morales transformará las provincias norteñas de Salta y Jujuy, fronterizas con Bolivia, en una suerte base de operaciones desde donde comandará la campaña electoral de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS). El exoficialismo deberá competir con nuevos candidatos.

Si bien Morales se encuentra fuera del alcance de la justicia de su país, los fiscales y las fuerzas de seguridad han hecho suya la aspiración del ministro de Gobierno, Arturo Murillo, de salir a la "caza" de figuras, funcionarios o simpatizantes del anterior Gobierno. La lista de detenidos es amplia. En medio de las fiestas, fue allanada la vivienda del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, asilado en la embajada de Mexico. Se le acusa, como a Evo, de los presuntos delitos de sedición y terrorismo. Hernán Solíz acaba de ser enviado a la cárcel por, supuestamente, colaborar con su primo en ese tipo de conjura.

'Narco' Estado

El ministro de Justicia y Transparencia, Álvaro Coímbra, hizo saber a su vez que los tribunales perseguirán a los que ocuparon cargos públicos y fueron cómplices de "las acciones de los narcotraficantes". Por suerte, dijo, el país ha dejado de ser un "narco Estado". El senador republicano Marco Rubio expresó esa misma sensación de alivio y a la vez jolgorio al recibir en Washington a Murillo, a quien felicitó por su protagonismo estelar en el giro conservador boliviano. El ministro saludó a su vez el "compromiso de avanzar juntos contra amenazas a libertades".

La saña se nota en la calle donde los organismos defensores de los derechos humanos denuncian sistemáticas detenciones irregulares. Página siete, un diario paceño que ha sido feroz impugnador de Morales, llamó la atención sobre los peligros del revanchismo. "Si algo se criticó al Gobierno anterior es la judicialización de la políticaLamentablemente el nuevo Gobierno ha empezado a andar en ese mismo camino". Todo esto "alimenta la leyenda negra de que este es un Gobierno dictatorial y fascista", añade.

La hora de los sondeos

En este contexto se conocen los resultados de los primeros sondeos con vistas a unas elecciones aún sin fecha definida. Añez no remonta vuelo. Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari, los líderes cívicos que encabezaron las protestas contra Morales tras los fallidos comicios del 20 de octubre, están cerca del 10%.

El sondeo de Mercados y Muestras informa de que el joven dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, formado bajo el ala de Morales, es preferido por 23% de los electores. El MAS ha tomado nota de esta figura ascendente, aunque también tiene en Luis Arce, el artífice del "milagro económico", otro probable candidato. Pero quizá no le alcance para retornar al poder.

El ex presidente Carlos Mesa, quien compitió contra el Evo meses atrás, sería votado por un 21% de los bolivianos. La oposición deberá reunirse detrás de su figura si quiere darle la legitimidad de las urnas a las conquistas políticas alcanzadas a través de la conspiración.