La decisión de Donald Trump de empezar a aplicar aranceles al acero y el aluminio europeo desde este 1 de junio no ha sorprendido en Bruselas. Era esperada pero no por ello ha sido bien recibida. Todo lo contrario, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha dejado claro que “es un mal día para el comercio mundial” y ha avisado de que la decisión no le deja otra opción a la Unión Europea que tomar represalias.

“Estados Unidos no nos deja más remedio que proceder al órgano de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio y la imposición de derechos adicionales sobre una serie de importaciones procedentes de los Estados Unidos. Defenderemos los intereses de la Unión, en pleno cumplimiento de la ley de comercio internacional”, ha anunciado Juncker nada más conocer una decisión que considera "injustificada" y "puro proteccionismo" que no resuelve además el problema de sobrecapacidad que existe en el sector del acero a nivel mundial y que también afecta a la UE.

De nada han servicio las reuniones, las conversaciones telefónicas y las presiones al más alto nivel político de los últimos meses que han vivido un último capítulo esta misma semana en París en el marco de la reunión de la OCDE. Tampoco la oferta de última hora que puso sobre la mesa la Comisión Europea ofreciendo negociar sobre una rebaja de los aranceles a los coches estadounidenses y el acceso para el gas licuado de Estados Unidos.

Una palanca

Según Bruselas, Washington ha intentado utilizar la amenaza de los aranceles y las restricciones comerciales como palanca para obtener concesiones de la UE en otros ámbitos. Una forma de negociar que no aceptan. “Esta no es la forma en que hacemos negocios, y ciertamente no entre socios, amigos y aliados desde hace tanto tiempo”, ha avisado la comisaria Cecilia Malmström, responsable de negociar sobre política comercial en nombre de los 28.

Su próximo paso será responder de forma “proporcionada” y “de conformidad con las normas de la OMC” a la decisión de Estados Unidos. En primer lugar, denunciará la imposición de los aranceles ante el órgano de resolución de disputas de la OMC porque consideran que las medidas estadounidenses van en contra de las reglas internacionales acordadas. Y lo más relevante, devolverán el golpe imponiendo aranceles a una larga lista de productos estadounidenses. El listado está preparado desde hace meses y en él figuran productos tan simbólicos como la mantequilla de cacahuete, los pantalones Levi’s o el whisky bourbon.