“Son retronacionalistas, pero no son patriotas. Lo patriotas no se marchan cuando las cosas se complican”. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha arremetido ante el pleno del Parlamento Europeo contra 'tories' y euroescépticos británicos por impulsar y fomentar un ‘brexit’ -salida de Reino Unido de laUnión Europea- sin activar las negociaciones para lanzar el proceso de divorcio tras la victoria en el referéndum del 23 de junio. “Puedo entender que el campo a favor de la permanencia necesite tiempo para digerir la situación lo que me cuesta más es por qué al campo del ‘brexit’ le cuesta tanto decidirse. Pensaba que tenían un plan”, advierte.

Juncker, en el ojo del huracán estos días criticó duramente a “aquellos que han contribuido a cosechar este resultado” por alejarse de la política. El democristiano luxemburgués, que ha comparecido acompañado del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para dar cuenta de los resultados de la cumbre del 28 y 29 de junio, ha criticado duramente a “aquellos que han contribuido a cosechar este resultado” por alejarse de la política. Además, ha vuelto a reiterar que no habrá negociaciones hasta que no se produca la notificación por parte de Reino Unido y ha reiterado que si Londresquiere seguir beneficiándose del mercado interior no hay más secreto que respetar las cuatro libertades fundamentales en la que se basa, incluida la libre circulación de trabajadores.

“Esperamos que el Reino Unido sea un socio cercano en el futuro, pero los líderes han dejado claro que el acceso al mercado inetrior significa aceptar las cuatro libertades. No venderemos nuestras libertades y no habrá mercado único a la carta”, zanjaba minutos antes Tusk sobre la conclusión de los 27 líderes europeos en la reunión informal celebrada el pasado miércoles sin el dimitido primer ministro británico, David Cameron.

"Ratas que abandonan el barco"

La mayoría de los grupos políticos de la Eurocámara, salvo los 'tories', los euroescépticos y la ultraderecha, han secundado las críticas y han acusado a los dirigentes del bando del ‘brexit’ de cobardía. “Me recuerdan a ratas que abandonan un barco que se está hundiendo. (David) Cameron dimite, (Boris) Johnson abandona y (Nigel)Farage necesita más tiempo para gastar el sueldo europeo”, ha ironizado el liberal Verhoftstadt. “No se puede perder tiempo hasta que los tories elijan a un nuevo líder. Es ridículo, absurdo”, ha insistido el socialista Gianni Pitella.

El jefe de filas de los conservadores, Said Kamal, hacía una lectura muy distinta. “El referéndum fue una llamada de alarma a la Unión Europea, lo que hay que hacer es preguntarse qué funciona mal”, reivindicaba. La líder de la izquierda europea, Gabrielle Zimmer, ha criticado a los euroescépticos pero recogía el guante de la autocrítica. “Si no cambia nada vamos directos al desastre y seremos todos responsables”, ha advertido.

Los único verdaderamente satisfechos son los euroescépticos delPartido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) y la ultraderecha comandada por Marine Le Pen (Frente Nacional). “Señor Juncker, no estoy aquí para arrastrarme ni para decir nada, solo para decirle que está en el mejor de nuestros intereses conseguir el mejor acuerdo. Hay que dejar de lado la terminología del conflicto. El resultado del referéndum es claro, los británicos quieren abandonar la UE”, resumía Paul Nutall, jefe de filas de la formación tras el abandono de Nigel Farage.