En plena crisis del coronavirus, Keir Starmer fue elegido ayer nuevo líder del Partido Laborista. Diputado, antiguo abogado de derechos humanos, exfiscal general, Starmer de 57 años, se impuso con el 56,2% de votos a las otras dos finalistas, Rebecca Long-Bailey, afín a la línea de extrema izquierda impuesta por Jeremy Corbyn, y Lisa Nandy.

Los casi 800.000 afiliados y miembros de las organizaciones sindicales que participaban en la elección parecen querer dejar atrás los cinco años de liderazgo de Corbyn, que condujo a los laboristas a una desastrosa derrota electoral en diciembre.

Keir Starmer, izquierdista pero menos dogmático que Corbyn, ejercía hasta ahora como responsable laborista para el brexit. Más proeuropeo que la mayoría de los corbynistas, fue el principal defensor de la opción de un segundo referéndum, lo que le valió serías broncas internas. Angela Rayner, hasta ahora portavoz de Educación, será la «número dos» del partido.

El anuncio de la designación del nuevo líder transcurre tradicionalmente en el curso de una conferencia extraordinaria, que en esta ocasión la epidemia obligó a cancelar. El nombre del ganador se dio a conocer por correo electrónico y a través de las redes sociales. «En el interés nacional, el Partito Laborista colaborará plenamente y bajo mi liderazgo trabajaremos de manera constructiva con el Gobierno. No habrá oposición solo porque sí, no se jugará a marcarse un tanto político, no haremos peticiones imposibles», dijo en un vídeo.