Uhuru Kenyatta ha jurado hoy su cargo como presidente de Kenia para los próximos cinco años en la capital, Nairobi, mientras en las calles de la ciudad la policía se enfrenta con los activistas de la oposición, que siguen sin reconocerlo como el legítimo jefe de Estado. Kenyatta obtuvo la victoria en las elecciones repetidas que tuvieron lugar el pasado 26 de agosto y que fueron boicoteadas por la oposición.

Kenyatta ha tomado posesión del cargo en el estadio Kasarani de Nairobi, que tiene capacidad para 60.000 espectadores, con la presencia de hasta 13 jefes de Estado extranjeros, la mayoría africanos. Sin embargo, el líder de la oposición, Raila Odinga, no ha asistido al evento después de que la semana pasada el Tribunal Supremo rechazará el recurso presentado por su partido, la Súper Alianza Nacional (NASA, en sus siglas en inglés), en el que pedía que no se reconociera la validez de los resultados electorales.

Escenas de caos

En las puertas del estadio también se han producido escenas de caos, después de que la policía negara la entrada a muchos seguidores del dirigente electo que no tenían asiento. Los cuerpos antidisturbios han utilizado gases lacrimógenos para frenar el enfado de muchos partidarios de Kenyatta que esperaban ver el acto a través de unas pantallas que, finalmente, no se han habilitado.

Paralelamente a este acto oficial, la oposición planeaba realizar otra ceremonia en la que se proclamara presidente a Odinga. No obstante, las fuerzas policiales han acordonado un complejo en el sureste de Nairobi, donde la NASA planeaba realizar su propio mitin.

En las últimas elecciones, Kenyatta obtuvo el 98% de los votos e inició un intento de entablar un diálogo con la oposición. Los seguidores de Odinga, por su parte, se han negado a establecer ningún acuerdo con el partido del presidente, la Unión Nacional Africana, y siguen alegando que las elecciones no fueron lícitas.