El líder norcoreano, Kim Jong Un, lleva dos meses sin aparecer fumando en los medios de comunicación oficiales. Hasta el pasado 13 de marzo, última vez que se le vio consumir tabaco, era habitual que presidiera actos públicos e hiciera apariciones públicas mientras fumaba.

Kim Jong Un siempre ha sido visto como un fumador empedernido y nunca ha tratado de esconderse. En su visita a un orfanato en 2014, el líder norcoreano posó con un cigarrillo en la mano para una instantánea que dio la vuelta al mundo y le costó un aluvión de quejas y reproches. Desde que el pasado 13 de marzo apareciera fumando durante su inspección a un centro de pruebas tecnológicas de misiles balísticos, el dirigente de 33 años, no ha vuelto a aparecer consumiendo tabaco en público.

CAMPAÑA ANTITABACO

Este cambio de conducta ha venido impulsado por la declaración emitida la pasada semana en los medios norcoreanos de un nuevo impulso gubernamental a la campaña antitabaco de la que no se sabía nada desde el año pasado. El pasado miércoles, la agencia de noticias estatal, KCNA, informó de que las capitales de provincia Del país contarían desde ese momento con centros de investigación contra el tabaquismo, algo que hasta ahora solo existía en Pyonyang.

"Sus programas de acción incluyen programas para fumadores y servicios de productos sanitarios antitabaco reconocidos por la OMS, así como medicamentos para tratar enfermedades causadas por el hábito de fumar", explicó la KCNA. El medio aseguró también que la cifra de fumadores se había reducido casi en un ocho por ciento desde el 2013, aunque no existen estadísticas fiables.

Se estima que la mayoría de hombres adultos fuman en Corea del Norte, pero es extraño que las mujeres lo hagan. El régimen produce su propio tabaco que comercializa en un amplio mercado con distintas marcas y precios.