El Kremlin y destacados miembros del Gobierno ruso no han escatimado parabienes acerca de la persona elegida por el presidente electo estadounidense, Donald Trump, para encabezar la secretaría de Estado: el director general de la multinacional petrolera ExxonMobil, Rex Tillerson. "Es una personalidad sólida; es muy profesional en su ámbito y mantiene buenas relaciones de trabajo" con el presidente ruso, Vladímir Putin, ha destacado Yuri Ukachov, consejero del jefe del Estado.

No fue el único miembro de la clase dirigente rusa que expresó su satisfacción ante la posibilidad de que la diplomacia de EEUU esté dirigida por un individuo que ha cerrado importantes acuerdos petroleros con compañías rusas, que ha criticado las sanciones internacionales a Moscú por la anexión de Crimea y mantiene estrechos vínculos con miembros de la élite empresarial rusa muy próximos a Putin, como Ígor Sechin, presidente de la petrolera Rosneft, empresa que asumió gran parte de los activos de Yukos,expropiada a Mijaíl Khodorkovski.

"Esperamos que este pragmatismo sea una base sólida para el desarrollo de relaciones mutualmente benéficas para la cooperación ruso-norteameicana y para la resolución de los problemas internacionales", ha declarado durante una conferencia en Belgrado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

AISLAMIENTO DE RUSIA

Lo cierto es que el perfil de Tillerson, en un momento en que Rusia ha sido aislada internacionalmente a raíz de su participación en la guerra de Ucrania y de su papel en la guerra de Siria, donde ha sido acusada de cometer "crímenes de guerra" durante el asedio a los barrios bajo control de Alepo, agrada en Moscú, y mucho. En el 2013, el propio Putin concedió al presidente de ExxonMobil el galardón de la Orden de la Amistad, por su trabajo en el "fortalecimiento de la cooperación en el sector del petróleo". Es uno de los principales galardones que Rusia puede conceder a un ciudadano extranjero.

En el 2011, Tillerson firmó con Rosneft un acuerdo para explorar y perforar en tres de las regiones petrolíferas de Rusia: el Ártico, el mar Negro y Siberia, un pacto que fue calificado por Sechin, presidente de la petrolera rusa como un paso "más ambicioso al que dió el hombre cuando fue enviado por vez primera al espacio o piso la Luna".

El presidente de Rosneft es considerado, además, como una de las personalidades más influyentes de Rusia. Concede muy pocas entrevistas y se le atribuyen vínculos con el FSB e incluso el liderazgo de la facción de los denominados 'siloviki' (exmiembros de la inteligencia y fuerzas de seguridad) en el abanico de grupos de interés que conforman la élite gobernante en Rusia.

DURO GOLPE

La imposición de sanciones a Rusia tras la incorporación de Crimea supuso un duro golpe para la compañía que preside Tillerson. Según algunos cálculos, perdió hasta 1.000 millones de dólares(939 millones de euros) debido a la paralización de los proyectos en Rusia, y el propio Tillerson siempre ha recordado su intención de volver a trabajar en Rusia lo antes posible.

"Esperaremos a que el panorama de las sanciones cambie, o las propias sanciones requieran cambios", llegó a declarar en el 2015, dando pábulo a las voces que sostienen que su confirmación abriría un problema de conflicto de intereses entre su actual puesto al frente de una petrolera con intereses en Rusia y su eventual responsabilidad como jefe de la diplomacia estadounidense.