Rusia se ha visto obligada, este martes, por boca del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a responder a la tromba de acusaciones procedentes de Occidente por su cada vez más criticado papel en la guerra de Siria. Un día después de que un bombardeo, en apariencia coordinado, contra escuelas y hospitales en la zona bajo control rebelde del país árabe causara el lunes una cincuentena de muertos civiles, Peskov ha salido a la palestra para "desmentir categóricamente" dichas informaciones y para retar a los denuciantes a probar sus incriminaciones.

"Una vez más, desmentimos categóricamente estas acusaciones, sobre todo porque son parte de ese tipo de declaraciones que nunca se llegan a probar", ha declarado, de forma airada, Peskov. Caso de confirmarse, ello equipararía las acciones de la aviación rusa en el país árabe con las del régimen de Bashar el Asad, sobre el que pesan gravísimas inculpaciones de atacar deliberadamente objetivos civiles durante los casi 5 años que dura ya el conflicto sirio, con resultado de decenas de miles de muertos. Hasta ahora, oenegés como Amnistía Internacional habían mostrado un tono contenido en sus críticas a Moscú y habían evitado recordar a las autoridades rusas que los bombardeos de su aviación, en los que, según la organización, han perecido centenares de personas,constituían "un crimen de guerra".

ENTREVISTA CON EL EMBAJADOR SIRIO

A tenor de las palabras del portavoz presidencial, Moscú se adhiere sin fisuras a la versión aireada por los representantes del régimen de Damasco en Rusia. "Hay que ir a la fuente original, y para nosotros, en este caso, son los representantes oficiales sirios", ha dicho Peskov, refiriéndose a una larga entrevista difundida el lunes por la noche por la cadena de información permanente Rossiya-24con Riad Haddad, el embajador sirio en Moscú. Ante las cámaras de televisión, Haddad acusó directamente a EEUU del bombardeo y exoneró de toda responsabilidad a Rusia, cuya intervención en la guerra siria ha revertido, momentáneamente, la marea del conflicto en favor de Damasco.

Un vídeo realizado por un habitante de Alepo (Siria) muestra como un avión de combate, presuntamente ruso, bombardea con bombas de racimo (cluster bombs, en inglés) la ciudad, cuya provincia es escenario las últimas semanas de una ofensiva del Ejército del régimen sirio.

En la grabación se ve primero al avión de combate surcando el cielo. Acto seguido, la persona que graba enfoca la ciudad, momento en que se ve como una cadena de explosiones que abarcan una gran área. En diciembre, el Kremlin desmintió estar usan bombas de racimo en Siria.

La filmación fue realizada este lunes, el mismo día en que un bombardeo de la aviación rusa alcanzó tres hospitales y una escuela y mató a al menos 50 personas, muchas de ellas, niños.

ATAQUES MUY ALEJADOS

El hospital "fue destruido por la Fuerza Aérea Americana", dijo Haddad, antes de puntualizar: "la Fuerza Aérea rusa nada tiene que ver con ello". La coalición encabezada por EEUU ha concentrado sus ataques en las posiciones que Daesh mantiene en las provincias deRaqqa y Deir Ezzor, lejos de las provincias de Idleb y Alepo, que es donde tuvieron lugar los mortíferos bombardeos del lunes.

Durante la conversación, el enviado del régimen sirio, al igual que hacen a diario los medios gubernamentales de Rusia cuando informan de la guerra siria, amalgamó a toda la oposición -la apoyada por Occidente y los extremistas del autoproclamado califato- bajo una misma etiqueta: Estado Islámico. En opinión del diplomático sirio, Turquía estaba "interfiriendo" en los asuntos internos de su país y apoyando a terroristas, cuando le preguntaron sobre una posible reanudación de las conversaciones de paz.

Y es que el cruce de recriminaciones entre Ankara y Moscú, cuyas relaciones están bajo mínimos tras el derribo, en noviembre de unSukhói SU24 M ruso por antiaéreos turcos, va a más a medida que se encona el conflicto. Ankara se unió al coro de voces condenatorias contra los ataques del lunes, de los que responsabilizó a la aviación del Kremlin, lo que fue respondido por la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakhárova, que afeó públicamente a Turquía y la acusó de proporcionar apoyo logístico al Estado Islámico.

"Algunos de nuestros socios nos han implorado, literalmente, no tocar un corredor que tiene 100 kilómetros de longitud en la frontera entre Siria y Turquía, alrededor de Azaz", ha revelado, antes de señalar con el dedo acusador al Gobierno turco: "Evidentemente, esto tiene como objetivo mantener el aprovisionamiento de Estado Islámico, Jabhat al Nusra y otros grupos terroristas". Fuentes del Ministerio de Defensa ruso citadas por la agencia Spútnik aseguraron que Turquía concentra "piezas de artillería" a lo largo de la frontera.