Apenas llegaba a la altura del micrófono, pero ella quiso subirse al atrio del consejo municipal de Charlotte (Carolina del Norte) para denunciar alto y claro la discriminación racial que sufre la minoría negra en EEUU. Solo habían pasado seis días de la muerte de Keith Lamont por los disparos de un agente blanca, y las lágrimas de Zianna Oliphant, de 9 años, durante su discurso contra la violencia racial han dado ya la vuelta al mundo.

La pequeña Zianna quiso hablar directamente a los líderes municipales y a la policía sobre la situación de su comunidad en Charlotte, que desde la controvertida muerte de Scott ha vividovarias jornadas de disturbios y protestas callejeras.

"He nacido y crecido en Charlotte, y nunca me he sentido como ahora.No puedo soportar cómo nos tratan. Es una pena. Nuestros padres y madres son asesinados y no podemos volver a verlos", lamentó Oliphant durante su intervención en el ayuntamiento.

"Es una pena que tengamos que ir al cementario y enterrarlos. Y tenemos lágrimas, y no deberíamos tenerlas. Necesitamos a nuestros padres y madres para que estén a nuestro lado", añadió emocionada.