Los acusados no tienen buen aspecto. Miran desafiantes e insisten en levantar la voz. Pero la jueza no se deja amedrentar y los declara culpables. Esto es democracia!, les dice visiblemente irritada desde detrás de la tribuna de la corte de Mitilene, la capital de Lesbos. Los que afrontan acusaciones son dos hombres locales que han intimidado a la activista griega Efi Latsoudi. La culpa de ella, según sus agresores: haber ayudado a migrantes como integrante de PIKPA Lesvos Solidarity, un oenegé local.El dictamen, emitido este viernes en un juicio exprés, refleja la brecha entre los dos mundos, con visiones opuestas de la tragedia migratoria, que chocan en estos días en las islas del Egeo. Pero no siempre fue así, recuerda el pescador Stratos Vasilos, sentado en un café de Scala Sykamnia, en el norte de la isla griega. Ha cambiado mucho desde el 2015 cuando la guardia costera (griega) me llamaba para que les ayudase en los rescates en el mar, reconoce Vasilos, quien llegó a ser candidato al Nobel de la Paz por su solidaridad.Kyrios Dimitris tiene 82 años, es marinero y descendiente como muchos en Lesbos de aquellos que llegaron a esta isla griega en 1923, con el intercambio de poblaciones entre Turquía y Grecia. Dimitris ya ha ayudado a migrantes y lo seguirá haciendo, dice. Ellos no son el enemigo, afirma. El lunes, el consejo municipal de su aldea emitió un comunicado. Nos oponemos a las inhumanas prácticas de violencia que dividen a nuestro país, escribieron tras las agresiones de los últimos días a periodistas y cooperantes que ayudan a los migrantes.

PATRULLAS DE VIGILANCIA CIVILES

Otros, de los pueblos de Moria y de la bahía de Panagiouda más cercanos al homónimo centro de migrantes, que también están en la primera línea de la acogida, tienen una visión más visceral de la situación. Dicen que sus familias tienen miedo, que han sufrido robos y -algunos- incluso han decidido organizarse en patrullas de civiles que hacen rondas en los barrios. La razón es que remiten a los migrantes, y no a otros, el motivo de sus penurias. Del 2015 a 2016 pasamos de 27 a 7 vuelos chárter. Y esta isla vive de eso, de turismo, agricultura y pesca, insiste un vecino.

SITUACIÓN PRECARIA

La explicación tal vez pueda hallarse también en las palabras de la cooperante española Isabel Rueda, que lleva siete meses en la isla y trabaja para la oenegé Rowing Together. Al fin y al cabo, esta es una isla pobre en cuya capital vive casi la misma cantidad de personas del campo de Moria, afirma. Por eso muchos también se preguntan dónde está todo el dinero que habría enviado la Unión Europea a Grecia, añade, y denuncia: En el hospital de Mitilene no hay ni mamógrafos.Ahí, para más inri, la amplificación de la frustración también ha intentado venir desde fuera. Lo último ha sido un grupo de neonazis alemanes que han aparecido esta semana por Lesbos después de que ultras griegos pidieran el apoyo de otros grupos de extrema derecha de Europa. Algo que también ha puesto en alerta a grupos de antifascistas y a las oenegés que quedan en la isla. Es un momento muy peligroso. El nacionalismo es muy peligroso, más que nunca, reflexiona Efi Latsoudi, la activista de PIKPA.