E l Parlamento libanés designó ayer a Mustafá Adib como nuevo primer ministro para que forme en tiempo récord un Gobierno que encamine al país a salvarse de una de sus peores crisis y poco antes de la llegada del presidente francés, Emmanuel Macron, a Beirut por segunda vez en un mes.

Hombre de confianza del exprimer ministro Najib Mikati y embajador del Líbano en Alemania desde el 2013, Adib ha recibido el respaldo de prácticamente todos los grupos políticos, incluyendo del bloque musulmán suní de Corriente de Futuro, de Saad Hariri, y chií de Hizbulá, de Hasan Nasralá.

«No hay tiempo para palabras y promesas, sino que ahora es el momento de la acción y tendremos éxito al elegir un equipo homogéneo de especialistas», aseguró Adib en un discurso tras reunirse con el presidente libanés, Michel Aoun, y su homólogo en el Parlamento, Nabih Berri, en el palacio presidencial de Baabda.

Con el respaldo de 90 de los 128 diputados del Parlamento, Adib se convierte en el tercer primer ministro en menos de un año y sucede a Hasan Diab, cuyo Gobierno dimitió en bloque tan solo seis días después de la explosión en el puerto en Beirut, que sacudió al país entero el pasado 4 de agosto y que causó cerca de 200 muertos. El Gabinete de Diab se mantendrá, no obstante, en funciones hasta que Adib forme un nuevo Gobierno.

«Esperamos ser capaces de reconstruir lo que fue destruido para la gente de Beirut y esperamos formar el Gobierno lo antes posible», indicó Adib desde Mar Mikhail. Después de la explosión, que ha dejado al menos 190 muertos, más de 6.500 heridos y 300.000 personas sin hogar, ni Aoun ni Berri ni Diab se acercaron a esa área, aunque los ministros que lo intentaron tuvieron que marcharse entre abucheos e insultos de la gente.

Medios locales difundieron imágenes de Adib declarando a los medios mientras personas increpaban al nuevo primer ministro y gritaban «revolución», en alusión a la revuelta popular iniciada el pasado 17 de octubre que lucha contra el derrocamiento del sistema político y la clase dirigente que ha llevado al Líbano a sufrir la peor crisis desde el final de la guerra civil (1975-1990).

Hoy, el Líbano celebra los cien años del establecimiento del Gran Líbano bajo el mandato francés, una cita en la que estará Emmanuel Macron. El presidente galo fue el primer líder que acudió al Líbano a los dos días de la tragedia y quien ha presionado a los dirigentes para que impulsen las reformas que requiere el país.

Está previsto que Macron acuda a la Reserva Natural de Jaj, donde plantará un cedro, símbolo nacional del país.

Según fuentes del Elíseo, este desplazamiento será «la ocasión de ver los primeros resultados de todo lo que se ha hecho por la ayuda y el apoyo a la población libanesa en un mes».

Además, recordará que la condición para que «Francia pueda, junto a otros, aportar el apoyo internacional para responder a la urgencia» es la de formar un «Gobierno con misión», así como proceder a las «reformas estructurales que hasta hoy han sido pospuestas».

El Banco Mundial estimó ayer en hasta 4.600 millones de dólares los daños ocasionados por la explosión y calificó de «esenciales» la ayuda internacional y la inversión privada para el Líbano.

Las necesidades de reconstrucción y recuperación del sector público para este año y el próximo se calcula que están entre 1.800 millones de dólares y 2.200, según el informe de la entidad, elaborado junto a la ONU, la Unión Europea, ministerios libaneses y la sociedad civil.

De hecho, la UE envió ayer al Líbano un segundo vuelo de su puente aéreo humanitario con doce toneladas de suministros esenciales y material médico proporcionados por España, la fundación Philips y la Universidad de Amberes (Bélgica). H