"Estoy vivo y preparándome para volver a ser candidato a la Presidencia de la República", afirmó el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva durante un breve discurso pronunciado ante miles de simpatizantes tras declarar como imputado por corrupción.

Lula prestó ayer declaración durante cinco horas ante el juez Sergio Moro en los juzgados federales de Curitiba (sur de Brasil) por la supuesta propiedad de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá que figura en los registros a nombre de la constructora OAS.

Sin embargo, según la acusación, el verdadero propietario sería Lula, que lo habría recibido a cambio de "favores" hechos desde el poder a esa constructora, una de las implicadas en la monumental red de corrupción de Petrobras que investiga el juez Moro.

Al término de la declaración, el expresidente se dirigió a una céntrica plaza de la ciudad donde miles de simpatizantes aguardaban para expresar su respaldo y solidaridad con el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT).

"Estoy con más ganas que nunca (de ser candidato)", insistió Lula en un breve discurso, en el que estuvo arropado por la expresidenta Dilma Rousseff, su sucesora y ahijada política que fue destituida por el Congreso hace un año.

"Si la elite de este país no sabe arreglar este país, entonces un metalúrgico con estudios primarios va a hacerlo", agregó.

Lula reivindicó su inocencia, como hizo también en su declaración ante el juez, y pidió "respeto".

"Respeto las leyes y la Constitución y la Justicia", dijo, y "pido que me respeten" y "quiero ser juzgado con pruebas".

"Nunca antes en la historia de Brasil alguien fue tan perseguido y masacrado", denunció el exmandatario (2003-2010), quien afirmó que "si un día cometiese un error, no quiero ser juzgado solo por la Justicia, quiero ser juzgado por el pueblo brasileño".

Durante el acto, Rousseff apuntó que "Lula va a derrotar este retroceso promovido por el gobierno golpista", en alusión al Ejecutivo de Michel Temer, que asumió el poder hace un año tras la destitución de la expresidenta por maniobras presupuestarias.

La llegada de Lula a Curitiba para prestar declaración estuvo rodeada de un gran dispositivo de seguridad, con la presencia de unos 3.000 agentes (entre policía municipal, regional y federal), de los que 1.700 eran policías militarizados que establecieron desde la pasada madrugada un perímetro de seguridad alrededor del tribunal ante la presencia de simpatizantes y detractores del líder político.

Lula, a pesar del escándalo, aparece como el líder más valorado en las encuestas y el mejor posicionado en caso de competir por la Presidencia en 2018.

El expresidente podría llegar a ser investigado en otros seis procesos más, según solicitó la Corte Suprema con base en las delaciones de 77 exdirectivos de Odebrecht que se sumaron a un acuerdo de colaboración judicial.