De ser un embudo, a ser un tapón. El paso fronterizo de Idomeni, que permitía el cruce de refugiados y migrantes desde Grecia hacia Macedonia, ha sido sellado este miércoles. El Gobierno de la Antigua República Yugoslava de Macedonia ha anunciado que la frontera con el país heleno queda cerrada.

En los últimos dos días, el paso de Idomeni ha permanecido cerrado y ningún refugiado lo ha atravesado. Las cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) muestran que ningún refugiado ha cruzado a Macedonia desde el lunes. El portavoz de Acnur en Idomeni, Babar Baloch, confirmó a este diario que la puerta ha permanecido cerrada desde entonces. “Desde el día 7 no ha cruzado nadie. Hoy tampoco”, explicó Baloch.

NI AVANZAR NI RETROCEDER

La agencia macedonia de noticias MIA detalló que el centro de recepción de Gevgelija, frente a Idomeni pero en el lado macedonio, no ha recibido ningún refugiado en más de 50 horas.

Los datos de ACNUR también desvelan que ningún refugiado llegó desde el lunes ni a Macedonia, ni a Serbia, ni a Croacia, ni a Eslovenia. “En el punto de cruce entre Serbia y Macedonia hay 450 personas literalmente estancadas en el barro”, indica a El Periódico Francisca da Silva, del operativo de Médicos Sin Fronteras en Serbia y Macedonia. “Hemos habilitado alojamiento, pero (los refugiados) no pueden avanzar ni retroceder. Necesitan una solución legal”, apunta. Además, a Grecia las llegadas desde Turquía no han remitido: 811 personas solo el día 8.

EFECTOS DEL ACUERDO

Gemma Gillie, responsable de prensa de MSF en Idomeni, asegura que los efectos del nuevo acuerdo entre Turquía y la Unión Europea se han notado de inmediato: “Mucha gente ha empezado a irse hoy de Idomeni, hacia Tesalónica o Atenas”, relata en conversación telefónica. “Es la primera vez en tres semanas que el número se ha reducido en el campamento”. Desde el pasado 20 de febrero, cuando Macedonia decidió no dejar pasar más que a los sirios e iraquís con documentación en regla, el número de refugiados hacinados en la frontera entre ambos países no había hecho más que aumentar, hasta alrededor de 14.000 personas, e incluso 15.000, dependiendo de la fuente.

“Mucha gente vio las noticias y decidió irse en autobuses”, señala Gillie. “Había unas 14.000 personas aquí, pero habrá que esperar al final del día para ver cuántas se han ido”, agrega. No obstante, no se trata de un movimiento masivo.

Según Acnur, alrededor de 36.000 refugiados y migrantes permanecen atrapados en Grecia. Y el número aumentará en los próximos días con las nuevas llegadas en patera a las islas del Egeo, una arriesgada travesía marítima que solo en lo que va de año se ha cobrado 347 vidas.