“Tenemos que reconocer que no estamos bien, aunque nos duela y cueste. Y reconocerlo ha de ser el punto de partida para la búsqueda de un horizonte”. El presidente Mauricio Macri abrió este martes las sesiones parlamentarias con rostro adusto. Vino a comunicar que quiere “unir a los argentinos” y “construir puentes” para hacer realidad los anhelos de prosperidad. Pero antes, dijo, su Gobierno debe enfrentar una herencia de “despilfarro y corrupción”.

En medio de aplausos de su bancada y abucheos del kirchnerismo, Macri justificó los miles de despidos de empleados públicos, la devaluación de la moneda de un 40% y un aumento de los precios incontenible. “Hay inflación porque el Gobierno anterior la provocó”, dijo. Sin nombrar a Cristina Fernández de Kirchner, dijo que ella le ha mentido a la sociedad, construyó un Estado “plagado de clientelismo”, aumentó el gasto público, provocó “enojos, resentimientos y búsqueda de enemigos, internos y externos”.

Durante la hora que duró su intervención ante la Asamblea Legislativa, Macri aseguró que “la corrupción no puede y debe quedar impune” y que, para impedirlo, dotará “de herramientas al Poder Judicial” y “se fortalecerá la Oficina Anticorrupción”.

TENSIÓN EN EL DISCURSO

El discurso no estuvo exento de momentos de tensión. Cuando arreciaron los reparos de la oposición, los llamó a guardar silencio y “respetar el voto”. Pero, de inmediato, y quizá bajo los efectos del nerviosismo, volvió a leer los mismos párrafos que había dicho. “¿Cuál es ese país con el que sueño? Un país que no miente, que te cuida, donde la gente no se rinde”, dijo, cuando recuperó la calma y fue vivado por los macristas al grito de “sí, se puede”.

El presidente llamó a aprobar por consenso proyectos como la devolución del IVA para los productos de la canasta básica alimentaria, la universalización de la educación a partir de los tres años y la ampliación de otros derechos sociales. Pero, sobre todo, le pidió “a todos” que den luz verde al principio de acuerdo que alcanzó la Argentina con los “buitres”, como se conocen a los tenedores de bonos que no entraron en las negociaciones de restructuración de la deuda externa de 2004 y 2010.

Argentina deberá pagarle 4.653 millones de dólares a NML y Aurelius Capital, los fondos que encabezaron la ofensiva judicial en un tribunal de Nueva York contra este país. Pero para que eso sea posible, el Congreso derogar dos leyes promulgadas por el Gobierno anterior que cierran toda posibilidad de otorgarle facilidades a esos bonistas.

FONDOS BUITRE

En rigor, Macri espera que el peronismo se divida y facilite el camino que comenzó a transitarse. Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa para encontrar una salida a la disputa entre Argentina y los “buitres” recordó que el Congreso tiene plazo hasta el 14 de abril. De lo contrario, el acuerdo se cae. Se auguran arduas discusiones en el Congreso porque el macrismo no tiene mayoría.

“Sabemos ya que Macri ofreció a los fondos buitre mejores condiciones que las que los mismos buitres ofrecieron al Gobierno de Cristina. Incluso se ha conocido que Macri quiere pagarle a algunos fondos, como el caso de Dart, el 100% de lo que reclamaban a Griesa. ¡Así es fácil llegar a un acuerdo! La negociación no fue agresiva, todo lo contrario, y esto se debe a la urgencia por arreglar a cualquier costo”, dijo el diputado Axel Kicillof, el mismo que, meses atrás, en calidad de ministro de Economía, encabezaba las negociaciones en el juzgado de Nueva York . Para las actuales autoridades, el paso dado es indispensable para terminar por salir por completo de la suspensión de pagos.