Mauricio Macri votó temprano en una escuela del coqueto barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires. Fue acompañado de la primera dama, la empresaria textil Juliana Awada. A diferencia de otras contiendas, la intranquilidad se le dibujó en su rostro. "Esta elección define los próximos 30 años", dijo el presidente que busca su reelección el 27 de octubre. Las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) le darán una pista exacta de cuán cerca está de ese objetivo porque funcionan como una suerte de encuesta inapelable del electorado. Los sondeos previos no favorecían al presidente, quien no pudo privarse de recordar a los 34 millones de electores que "los mercados esperan que los argentinos sigamos en el mismo camino". No puede suceder otra cosa. "Es obvio. El mundo espera esto".

Alberto Fernández, el candidato de un peronismo que esta vez se unió y puso entre paréntesis sus desavenencias, lanzó su propia advertencia. "Los fiscales (partidarios) tienen que garantizar que las cosas salgan bien" porque el Gobierno de derechas "hizo todo lo necesario para que se generen dudas en el sistema de traspaso de datos". Los representantes de las fuerzas opositoras expresaron nuevamente este domingo su temor a una manipulación oficial en la transmisión y posterior divulgación de los resultados del escrutinio provisional. Se trata de un hecho que no registra precedentes desde que en 1983 se restituyó la democracia. Las autoridades garantizaron la transparencia del recuento. Sin citarla, Fernández puso en duda la pericia de la empresa SmartMatic. "Tiene unos antecedentes horribles", dijo sobre sus participaciones en los comicios de Venezuela, El Salvador y Filipinas.

RECUENTO PARALELO

El peronismo anunció que 150.000 voluntarios llevarán a cabo un "escrutinio paralelo" de los votos. Deslizó por anticipado que los primeros números conocidos en la noche del domingo tal vez no reflejen la realidad de las urnas. "Queremos la mayor transparencia y necesitamos certeza con los resultados y que nadie los use para manipular. Que nadie se vaya como pasó alguna vez a dormir pensando que pasó una cosa y luego sucedió otra, que nadie festeje lo que no hay que festejar", pidió Axel Kicilof, el candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires, donde se concentran el 40% de los sufragios. Lo que allí suceda incidirá de manera decisiva en los números finales. La actual gobernadora María Eugenia Vidal, la figura más carismática del macrismo, carga sobre sus espaldas la responsabilidad de preservar algo más que su bastión: las mismas posibilidades futuras de Macri.

Alberto Fernández lleva como vicepresidenta a Cristina Fernández de Kirchner. Las PASO permitirán verificar qué pesa más en una parte de esta atribulada sociedad: el peso de una crisis económica voraz o la antigua aversión a la figura de la exjefa de Estado. Lo que vote ese sector determinará si el peronismo gana en primera vuelta o habrá una segunda vuelta (balotage) a mediados de noviembre. Macri se aferra con uñas y dientes a ese escenario.