La crisis sanitaria parece bajo control y el presidente francés, Emmanuel Macron, quiere pasar página del periodo de confinamiento para abrir una nueva etapa. «La lucha no ha terminado, pero estoy contento de esta primera victoria contra el virus», dijo ayer en un mensaje solemne a la nación, el cuarto desde el inicio de la pandemia.

Francia pisa el acelerador de la desescalada iniciada el 11 de mayo para reanudar con fuerza la actividad económica y a partir de hoy eliminará los controles fronterizos con los países del espacio Schengen, los bares y restaurantes parisinos abrirán íntegramente y guarderías, colegios y centros de secundaria volverán a tener a sus alumnos en clase de manera obligatoria el 22 de junio. También se mantendrá la celebración de la segunda vuelta de las elecciones municipales el 28 de junio.

En un contexto social agitado por las protestas contra el racismo, el presidente garantizó que será «inflexible» frente a este y anunció que se tomarán medidas para garantizar la igualdad de oportunidades. Expresó también su apoyo a las fuerzas del orden que en los últimos días han mostrado su malestar al Gobierno.