El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este jueves, durante una declaración solemne desde su despacho del Palacio del Elíseo, que, a partir del lunes y hasta nueva orden, se cerrarán las escuelas infantiles, colegios, institutos y universidades para frenar el avance del coronavirus.

Además, ha pedido a todos los franceses limitar sus desplazamientos a lo estrictamente necesario y a las personas mayores de 70 años y a los afectados por enfermedades crónicas o respiratorias permanecer en sus casas el mayor tiempo posible. "No estamos más que al principio de la epidemia", ha advertido.

Se trata del primer mensaje del jefe del Estado desde el inicio de la crisis del coronavirus, que la OMS califica ya de pandemia y que ha llevado a numerosos países a adoptar medidas draconianas para frenar su avance.

Macron ha pasado la jornada encadenando consultas con los principales responsables de la lucha contra la epidemia para tener una radiografía precisa de la evolución de la enfermedad y dar las adecuadas respuestas sanitarias, económicas y sociales para hacer frente a la propagación del Covid-19.

En el Consejo de Defensa celebrado al mediodía en el Elíseo para estudiar los diferentes escenarios se abordó la hipótesis de un aplazamiento de los comicios previstos los próximos 15 y 22 de marzo, según adelantó 'Le Journal de Dimanche' (JDD) en su página web.

Sin embargo, el presidente ha decidido finalmente mantener el escrutinio al considerar que no suponen un riesgo si se cumplen las medidas de higiene, los famosos gestos "barrera" para protegerse y proteger a los otros. "Nada impide que los franceses, incluso los más vulnerables, vayan a las urnas", ha dicho.

CUESTE LO QUE LE CUESTE

Ante una crisis sanitaria inédita, uno de los objetivos del jefe del Estado francés era tranquilizar a la opinión pública y pedir unidad y solidaridad a los franceses para superarla sin ceder al pánico."La salud no tiene precio. El Gobierno tomará todas las medidas para controlar la epidemia, cueste lo que cueste", ha garantizado. "Francia unida es nuestra mejor herramienta en el periodo difícil que atravesamos", subrayó.

El último balance en Francia es de 2.876 personas contaminadas, 129 en estado grave, y 61 muertos. Los principales focos identificados de la enfermedad se encuentran en Aude, Calvados, Córcega, Alta Saboya, Oise, Morbihan, Alto Rin y el este de Montpellier.

El director general de Salud, Jérôme Salomon, advertía este miércoles que el virus circula cada vez en más territorios y de manera cada vez más activa por lo que, a su juicio, Francia debería prepararse para un escenario similar al italiano.

El ministro de Sanidad, Olivier Véran, aseguraba que la estrategia del Gobierno consiste en preparar a los hospitales para evitar el colapso del sistema y que hasta la fecha no hay signos de saturación en los servicios de reanimación. Sin embargo, algunos expertos están dando la voz de alarma porque creen que pronto se vivirá la misma situación que en Italia.

RESIDENCIAS DE ANCIANOS

A la vista de los datos epidemiológicos, y para ralentizar el avance del virus y proteger a la población más vulnerable, Francia ha prohibido las visitas a las residencias de ancianos y a las unidades de cuidados de larga duración de los hospitales.

Tampoco pueden celebrarse actos con más de 1.000 personas y la mayoría de los teatros, salas de conciertos y cines cierran sus puertas o anulan sus programaciones. Disneyland París, un parque que recibe 15 millones de visitantes al año, sigue abierto pero ha suspendido hasta el 15 de abril todos sus espectáculos en el exterior.

MEDIDAS ANTICRISIS

Esta mañana, el primer ministro, Edouard Philippe, que se ha visto obligado a anular un acto de campaña en Le Havre para permanecer en París y seguir la evolución de la epidemia, se ha reunido con los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado, así como con los líderes de los principales partidos políticos.

A la salida del encuentro la oposición ha reclamado un "escudo anticrisis" para que trabajadores y empresas hagan frente a las consecuencias económicas de la pandemia.

En Francia unas 3.600 empresas afectadas por la propagación del covid-19 han pedido acogerse a medidas de paro parcial para unos 60.000 trabajadores, según ha dicho la ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud, una cifra que multiplica por cuatro las solicitudes en una semana.

Este mecanismo, que permite mantener el empleo en situaciones de baja actividad tiene, hasta la fecha un coste de 180 millones de euros para el Estado pero Pénicaud ha asegurado a la Afp que no habrá límites presupuestarios para apoyar el empleo.

En el Ministerio de Economía, que este jueves ha aprobado crear un fondo de solidaridad para pymes, admiten que la crisis tendrá un impacto grave en Francia y hay pocas dudas de que obligará a modificar el presupuesto y a revisar al alza las previsiones de déficit y deuda. Inicialmente, París esperaba bajar al 2,2% del PIB el déficit en 2020 y al 98,7% la deuda pública.

La decisión de Donald Trump de prohibir la entrada en Estados Unidos de viajeros procedentes de países del espacio Schengen es otra mala noticia para las aerolíneas y el sector turístico, que sufren ya un fuerte impacto.

La bolsa de París ha registrado la peor caída de su historia al perder un 12,28% en una jornada negra para los mercados europeos mientras Francia se prepara para pasar al estadio 3 de la alerta sanitaria.