La campaña del exministro de Economía francés y candidato al Elíseo Emmanuel Macron ha recibido un inesperado balón de oxígeno con la propuesta de alianza del presidente del MoDem, el centrista François Bayrou. Los dos se han reunido este jueves en un restaurante próximo a la plaza de Trocadero y han escenificado su matrimonio político ante la prensa.

"El pluralismo se convierte en regla", ha resumido Bayrou, que este miércoles daba la sorpresa al anunciar que renunciaba a presentarse a las elecciones presidenciales y optaba por lanzar una oferta de alianza a Macron.

La propuesta, aceptada de inmediato por el exbanquero de 39 años que opta a la presidencia con una formación de nuevo cuño llamada ‘En Marche!’, descansa en un diagnóstico común sobre el negro panorama político francés y el “peligro” del ascenso de la ultraderecha.

"El Frente Nacional está a las puertas del poder y juega con el miedo. Ninguna fuerza política puede pretender ser hegemónica y las legislativas reflejarán el pluralismo político que representamos”, ha dicho Macron tras agradecer el gesto de Bayrou de renunciar a una candidatura que no haría más que dispersar el voto centrista.

UN GIRO INESPERADO

Este paso, inédito hasta ahora en unas presidenciales, da un nuevo e inesperado giro a la campaña. ‘Los Republicanos’ temen que el pacto Macron-Bayrou termine de dar el golpe de gracia a François Fillon, que sufre para superar el daño causado por el escándalo de los presuntos contratos ficticios a su esposa e hijos. En la formación de Marine Le Pen, han tildado la alianza de anticuada y partidista.

Tanto el exministro de Economía como el líder del MoDem, que ha sido tres veces candidato a las presidenciales (en 2002, 2007 y 2012) y no hubiera superado el 5% si lo hubiera intentado por cuarta vez, han subrayado este jueves que pretenden formar una unión "progresista" que supere la división tradicional izquierda-derecha y se oriente hacia la “renovación” de la vida política francesa.

Macron presentará la próxima semana su programa electoral pero ya ha adelantado que asume una de las condiciones impuestas por Bayrou, la de moralizar la vida política para devolver a los ciudadanos la confianza en sus gobernantes.

SUPERAR LAS DIVERGENCIAS

Para Bayrou, el objetivo es devolver la esperanza a un país que la ha perdido y sacarlo del gran “marasmo” en el que a su juicio está sumido. El líder centrista admitió divergencias pasadas con Macron -llegó a llamarle el candidato del banco Goldman Sachs- pero puso de relieve la obligación de superarlas cuando lo que está en juego es “demasiado grave”. Su papel a partir de ahora será “hacer todo lo que pueda para ayudar”. Los dos negaron, de paso, que se haya hablado de futuros nombramientos.

Alcalde de Pau, este exministro de Jacques Chirac de 65 años a quien muchos ven como un traidor, se vuelve a alejar de la derecha al apoyar al principal adversario de Fillon. Bayrou ya había pedido en 2012 el voto para el socialista François Hollande frente a Nicolas Sarkozy.

Para Macron, el apoyo del líder centrista es una especie de regalo tras una semana empañada por la polémica. El líder de En Marche! enfureció a derecha e izquierda al calificar de “crimen contra la humanidad” la colonización francesa de Argelia o decir que los opositores al matrimonio homosexual habían sido “humillados”.

Según un último sondeo de Ifop, Macron superaría en dos puntos a Fillon en la primera vuelta de las presidenciales (23 de abril) y lograría el 22,5% de los votos. Marine Le Pen sigue en cabeza con el 26,5% pero sería derrotada por Macron en la segunda vuelta con 61% frente al 39%.