Mientras el Gobierno francés iniciaba una ronda de contactos con los agentes sociales para buscar una salida al conflicto de las pensiones que lleva dos semanas paralizando los transportes del país, el Elíseo deslizaba ayer el mensaje de que el presidente está dispuesto a modificar algunos aspectos de la reforma sin «desnaturalizar» ni abandonar el proyecto.

Emmanuel Macron, que hasta ahora ha dejado a su primer ministro, Edouard Philippe, librar el pulso con los sindicatos manteniéndose en un discreto segundo plano, estaría abierto a revisar la famosa edad pivote o de equilibrio que en la propuesta fija en los 64 años la edad para cobrar el 100% de la pensión. También abriría la puerta a renegociar el calendario de aplicación del nuevo sistema, según el entorno presidencial.

Los 64 años es el escollo insalvable para el sindicato moderado y mayoritario CFDT, habitual aliado del Gobierno en cualquier reforma social, así que el guiño de Macron va dirigido a su secretario general, Laurent Berger, que ayer animó por primera vez a sus militantes a sumarse a las manifestaciones de protesta contra el proyecto de ley.

Berger fue uno de los que desfiló durante la jornada por el Palacio de Matignon, sede del primer ministro, aunque a la salida de su encuentro declaró que el acuerdo con el Gobierno está todavía muy lejos. «Hablar de un eventual compromiso sería muy prematuro», dijo constatando un desacuerdo sobre las condiciones para lograr el equilibrio presupuestario del sistema.

Por el contrario, saludó la apertura del Ejecutivo en otras áreas, como el periodo de transición hacia la desaparición completa de los regímenes especiales de jubilación, la valoración de la dureza de algunos oficios o las contribuciones mínimas.

Sin sorpresas, la central que no ha cambiado un ápice tras el encuentro ha sido la beligerante CGT, que considera que lo que se enfrentan son dos maneras de entender la protección social. Su líder, Philipe Martinez, reiteró su exigencia de retirar el texto de la reforma y renegociar el sistema actual. «Le he dicho al primer ministro que cuanto más dure la huelga, más disminuye su capacidad para convencer. Habrá varios anuncios mañana pero no hay que demorarse», manifestó.

Por su parte, Geoffroy Roux de Bézieux, presidente del Medef, la patronal francesa, situó sus claras líneas rojas en el aumento de las cotizaciones porque, a su juicio, penalizaría la competitividad empresarial al incrementar el coste de la mano de obra.

MEJORA EN TRANSPORTES / Mientras, los paros en el transporte continúan, aunque las previsiones para hoy son menos negras. En el metro de París reabrirán algunas líneas, circularán un 60% de los autobuses y habrá más tranvías. La empresa estatal de ferrocarril (SNCF), por su parte, intenta a marchas forzadas buscar una solución para facilitar los viajes durante estas fiestas de Navidad a quienes ya tienen billete y ayer suprimió el servicio Junior que permite a los menores viajar con un monitor.