En su discurso de investidura como nuevo presidente francés,Emmanuel Macron ha dejado clara una doble intención: fortalecer la posición de Francia en el mundo y en Europa y lograr la “reconciliación” de una sociedad francesa profundamente fracturada.

A sus 39 años, el antiguo ministro de Economía de François Hollande se ha convertido en el presidente más joven de la historia del país en una ceremonia de alto contenido simbólico. En la escalinata del Palacio del Elíseo le recibió a las 10.00 horas el presidente socialista saliente con una calurosa sonrisa.

Ambos mantuvieron una reunión de casi una hora -excediendo con creces la duración de un encuentro que sirve básicamente para traspasar al nuevo inquilino los códigos nucleares- al término de la cual Hollande abandonó a bordo de un coche su residencia de los últimos cinco años. De pie, sobre la misma alfombra roja desplegada en el patio de honor que había recorrido lentamente una hora antes,Macron le despidió y sólo cuando el vehículo abandonó el recinto volvió a entrar en el Elíseo, corrigiendo el error cometido hace cinco años por Hollande, que regresó al palacio antes de que Nicolas Sarkozy atravesara la puerta.

El nuevo presidente se dirigió luego a la sala de Fiestas donde el presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius, oficializó el resultado y le proclamó presidente.

Saltándose el protocolo, el exprimer ministro citó a Chateaubriandlanzándole un consejo. “Para ser el hombre de su país, tiene que ser un hombre de su tiempo”, le dijo.

Macron tomó luego la palabra ante numerosos invitados, entre ellos varios premios Nobel, felicitándose de que los franceses optaran el pasado 7 de mayo por "la esperanza y el espíritu de conquista"y mostrando su voluntad de “reconciliar y unir al conjunto de los franceses”.

HERENCIA DE SUS PREDECESORES

“El mundo y Europa necesitan a Francia más que nunca. Necesitan una Francia que sepa inventar el futuro”, señaló. En su primer discurso como presidente rindió homenaje a todos sus predecesores, resaltando de cada uno la herencia que pretende encarnar.

Aludió a la Francia del general De Gaulle, que ocupó un lugar destacado en el mundo y la potencia industrial en la que se convirtió bajo Georges Pompidou o la modernidad que introdujo Valery Giscard d’Estaing. También el sueño europeo de François Mitterrand y la nación que dijo no a la guerra durante el mandato de Jacques Chirac.

O la energía de Nicolas Sarkozy para hacer frente a la crisis financiera y la protección de los franceses frente al terrorismo que golpeó el quinquenio de François Hollande.

LA AUDACIA DE LA LIBERTAD

La idea de Europa, los valores republicanos y los retos a los que se enfrenta el país que desde hoy dirige centraron su alocución en la que habló de la “audacia de la libertad” dejando claro que no cederá en sus compromisos electorales.

Macron flexibilizará el mercado laboral, facilitará la labor empresarial y el espíritu emprendedor aunque entre sus prioridades mencionó también la de “proteger” mejor a los franceses. Consciente de que muchos electores se orientan hacia el Frente Nacionalporque encuentran en el partido ultraderechista, la respuesta al miedo a la globalización, el nuevo presidente quiere demostrar que hay soluciones distintas a las de blindar fronteras o encerrar al país en sí mismo. “No podemos refugiarnos en costumbres que están fuera de nuestro tiempo”, advirtió.

Para ello Europa tiene que volver a “proteger” porque muchos ciudadanos la perciben como el origen de las desigualdades agravadas por la crisis económica desatada en el 2008. Macron apuesta, pues, por una “refundación” de la Unión Europea. “Necesitaremos una Europa más eficaz, más democrática, más política porque es el instrumento de nuestra potencia y de nuestra soberanía. Yo trabajaré para ello”, garantizó.

Otra de sus metas será devolver a los franceses la confianza en sí mismos y demostrar que el país no está en declive, aunque adelantó que habrá que hacer esfuerzos.

“Francia sólo será un modelo para el mundo si es exigente. El mundo entero estará atento a la palabra de Francia”, agregó. Bruselas yBerlín esperan del nuevo presidente que antes de reorientar las políticas comunitarias ponga orden en las cuentas públicas francesas.

Este lunes se entrevistará en Berlín con cancillera Angela Merkel, que ha saludado efusivamente la victoria del europeísta exministro de Economía pero no escuchará sus propuestas para reforzar la eurozona si Macron no controla el déficit ni aplica su programa de reformas.

SÍMBOLO MILITAR

Finalizado su discurso, recorrió los Campos Elíseos a bordo de un vehículo militar para reforzar su imagen de jefe de los Ejércitos, depositó una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido bajo el Arco del Triunfo.

Tras un breve almuerzo con familiares y colaboradores se desplazó alhospital militar de Percy de Clamart, en la periferia parisina. Allí visitó a tres soldados heridos en las operaciones militares que Francia mantiene en Mali y Afganistán. Otro gesto altamente simbólico del nuevo presidente.

Siguiendo la tradición, culminó la jornada con una visita al Ayuntamiento de París donde Macron y su esposa Brigitte se dieron un baño de masas. La alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, aprovechó la ocasión para lanzarle algunos dardos. “París es libre”, le advirtió la socialista que se ha opuesto ferozmente a las medidas liberalizadoras del ex ministro de Economía, con quien mantiene una pésima relación.