Francia no hará frente a la ola de denuncias contra el racismo retirando estatuas o "borrando nombres de la historia", defendió este domingo el presidente francés, Emmanuel Macron, que salió en defensa de las fuerzas del orden tras una semana de fuertes tensiones en la policía.

"La República no borrará ninguna huella ni ningún nombre de su historia; no olvidará sus obras ni retirará sus estatuas. Debemos mirar juntos con lucidez toda nuestra historia, nuestra memoria", dijo Macron en un discurso a la nación.

El presidente francés insistió en que en ningún caso este análisis puede basarse en reescribir o negar el pasado del país.

"Permanecemos firmes frente al racismo, pero cuando este combate noble se transforma en comunitarismo, en una reescritura odiosa o falsa del pasado es inaceptable", dijo.

Francia ha conocido en las últimas dos semanas protestas contra el racismo y la violencia policial, que han reunido a decenas de miles de personas contra casos similares acontecidos en el país.

Las protestas llevaron al ministro del Interior, Christophe Castaner, a anunciar esta semana que habrá "tolerancia cero" contra las prácticas racistas en el seno de las fuerzas del orden y a anular la práctica del estrangulamiento en la detención, entre otras medidas.

Su intervención fue percibida por la policía como una muestra de abandono y ha levantado tensiones con el Ejecutivo a lo largo de la semana, por lo que la intervención de Macron en este sentido era una ocasión de calmar los ánimos.

"No construiremos nuestro futuro en el desorden. Sin orden republicano no hay ni seguridad ni libertad. Este orden, lo garantizan policías y gendarmes, expuestos a riesgos a diario en nuestro nombre. Por ello merecen el apoyo de los poderes públicos y el reconocimiento de la nación", zanjó Macron esta noche.