Dos días después del nombramiento de Jean Castex como primer ministro francés, el secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, anunció ayer la composición del nuevo gobierno que tendrá el reto de afrontar la grave crisis económica ocasionada por la epidemia del coronavirus a dos años de las elecciones presidenciales.

Emmanuel Macron mantiene a los pesos pesados del anterior ejecutivo y confirma que el centro de gravedad de su política está en la derecha. Jean Yves Le Drian (Exteriores) Bruno Le Maire (Economía) Florence Parly (Defensa) y Jean Michel Blanquer (Educación) permanecen en el gabinete sin cambiar de cartera, igual que el titular de Sanidad, Olivier Véran.

RELEVO EN INTERIOR / El actual responsable de Presupuesto, Gérald Darmanin, será el nuevo ministro del Interior en sustitución de Christophe Castaner, muy criticado por los sindicatos policiales especialmente a raíz de su intervención para calmar las protestas contra el racismo y la violencia de las fuerzas del orden. La hasta ahora ministra de Transición Ecológica, Elisabeth Borne, pasa a Trabajo y deja su puesto a la ecologista Barbara Pompili, que será una de las nuevas caras del ejecutivo.

La principal sorpresa de la jornada ha sido el nombramiento del polémico y mediático abogado penalista de 44 años Eric Dupont-Moretti como ministro de Justicia en sustitución de Nicole Belloubet. Conocido por sus declaraciones altisonantes, sus detractores, muchos de ellos colegas de profesión, le critican por sus modos bruscos y sus métodos poco ortodoxos. Macron rescata a Roselyne Bachelot, antigua ministra de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy reconvertida en comentarista televisiva, como titular de Cultura.

En una serie de tuits publicados este domingo, el presidente francés fijaba como prioridad para los próximos meses «relanzar la economía, continuar la refundación de la protección social y del medio ambiente, restablecer un orden republicano justo así como defender la soberanía europea».

Según sus palabras, la reconstrucción del país se llevará a cabo con un Gobierno «de trabajo y unidad» y el proyecto que defendió en el 2017 «sigue estando en el corazón» de su política pero tiene que «adaptarse» a los cambios internacionales y a la crisis actual. «Tiene que trazarse un nuevo camino», escribió en la red social.

El jefe del Estado había prometido «nuevas caras y nuevos talentos», personalidades procedentes de diversos horizontes políticos. Macron intenta dar oxígeno a lo que queda de mandato para preparar el terreno de la reelección.

Para la formación del ejecutivo, ha tenido en cuenta la paridad, la diversidad geográfica y el equilibrio entre las diversas corrientes políticas ahora que La República en Marcha no tiene mayoría en la Asamblea Nacional. Además, la Autoridad superior para la transparencia de la vida pública ha estudiado el patrimonio de los futuros ministros para evitar cualquier conflicto de intereses.

PRIMER CONSEJO DE MINISTROS / El nuevo primer ministro, Jean Castex, que hoy reunirá su primer consejo de Ministros, quiere actuar rápido, sobre todo en el terreno económico, teniendo en cuenta la avalancha de despidos generada por los ajustes empresariales tras el parón de la actividad en los meses de confinamiento.

Sus primeras visitas después de tomar posesión fueron a una fábrica de componentes electrónicos y a la comisaría de La Courneuve, en la periferia parisina. Entre los delicados asuntos que le esperan figura la delicada reforma de las pensiones que Macron quiere relanzar y buscar una respuesta a la marea verde de las municipales. Macron se dirigirá a los franceses el próximo 14 de julio, fiesta nacional, para dar las grandes orientaciones que marcarán el resto de la legislatura. Un día después Castex presentará su programa en la Asamblea Nacional. El primer ministro tenía previsto hacerlo antes, pero el anuncio de que el presidente, tomará por primera vez la palabra un 14 de julio, le ha obligado a modificar su calendario.