"La presión internacional se intensifica, pero una foto en la portada de los principales diarios con el líder ruso demuestra que Caracas aún tiene alguien que le apoya". Con esta sentencia encabeza, este miércoles, la agencia gubernamental rusa TASS la información acerca de la visita del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a Moscú. Tras aterrizar por la noche en la capital rusa, el jefe del Estado del país latinoamericano se ha reunido este miércoles con Vladímir Putin en un encuentro cara a cara, donde ha escuchado de nuevo de su anfitrión palabras de apoyo y recomendaciones para proseguir el diálogo con la oposición.

"Rusia respalda consecuentemente a todos los órganos de poder legítimo en Venezuela... y nosotros respaldamos el diálogo que usted, señor presidente, y el Gobierno mantienen con las fuerzas de la oposición", ha declarado el líder del Kremlin a la prensa antes de la cita bilateral, reiterando la posición rusa conocida ya por todos. Un respaldo verbal, eso sí, con escasa traducción en hechos. No se prevé la firma de ningún acuerdo durante la visita, la segunda que realiza Maduro en los últimos 12 meses, tal y como ya había adelantado en los días previos el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, con una sucinta frase: "No habrá firma de ningún acuerdo". Únicamente se anunció un incremento en las exportaciones de grano ruso al país latinoamericano, que pasarán de 254.000 toneladas a 600.000.

PLANES ORIGINALES MODIFICADOS

En los últimos meses, Moscú está emitiendo señales de una cierta pérdida de interés en el contencioso de Venezuela. En los últimos dos años, Rusia no ha concedido a Caracas ninguna nueva línea de crédito, al tiempo que crece la inquietud en la capital rusa ante la eventualidad de que la parte venezolana no pueda asumir sus obligaciones financieras contraídas con el país eslavo en los últimos años.

Además, los planes originales del viaje se han modificado a instancias de la parte rusa. Maduro quería venir a Moscú ya en julio, pero la preparación de la visita tan solo comenzó hace un par de meses. El dirigente venezolano debía intervenir en el Foro Internacional de Valdái, un grupo de discusión internacional que reúne a académicos y dirigentes próximos al Kremlin, aunque al final el formato se ha limitado a un cara a cara con el presidente ruso y a encuentros con empresarios rusos para "estimular la cooperación en el ámbito de la esfera económica, cultural y social", en palabras empleadas por el dirigente venezolano.