"¿Qué se sabía de la salud de FDR [Franklin D. Roosevelt] durante su campaña? Nada. Y cuando murió durante su mandato ¿la gente se preguntó por qué no les había dicho que estaba enfermo? No. ¿Desearon no haber votado por él? No".

Perteneciente a la ficción de la serie de televisión 'El ala oeste de la Casa Blanca', este diálogo cobra vigencia estos días a raíz de la mediatizada "pobre salud" de la candidata a la Casa Blanca Hillary Clinton.

Según su médica, la exsecretaria de Estado, de 68 años, sufre de una neumonía que, sumada a una deshidratación, contribuyó a que el domingo la candidata se desmayara después de la ceremonia por las víctimas del 11-S. No obstante, antes que ella, otros candidatos a la presidencia de EEUU, posteriormente elegidos en las urnas, sufrieron enfermedades mucho más graves que una neumonía y que, en la mayoría de los casos, mantuvieron en secreto.

Estos son cuatro de los casos más destacados del siglo XX:

WOODROW WILSON (1913 - 1921)

Woodrow Wilson fue el presidente que los europeos recuerdan por su intervención en la fase decisiva de la primera guerra mundial, y el planteamiento de una Sociedad de Naciones en la que, finalmente, el único país en quedarse fuera fue EEUU.

No obstante, Wilson fue también uno de los presidentes que incitaron a la creación de la 25ª enmienda de la Constitución estadounidense, aprobada finalmente en 1967. En ella, se establece que el vicepresidente asumirá el poder en caso de la muerte, renuncia o incapacidad del presidente.

Antes de ser elegido como el 28º presidente de EEUU, Wilson ya había sufrido una serie de derrames cerebrales que llegaron a dejarlo ciego del ojo izquierdo. Ya en el poder, el presidente quedó paralizado de toda la parte izquierda del cuerpo. Se dice que, durante los últimos tres años de mandato, a medida que la salud de Wilson degeneraba, su mujer, Edith, fue quien tomó gran parte de las decisiones presidenciales.

FRANKLIN DELANO ROOSEVELT (1933 - 1945)

FDR es recordado como el autor del New Deal, para salir de la crisis económica del 29, y el presidente que llevó a EEUU a la segunda guerra mundial. Pero es también uno de los presidentes que han sufrido mayores problemas de salud.

A la edad de 39 años tuvo un fuerte ataque de polio que le dejó las dos piernas paralizadas. Durante sus 12 años en el poder, para evitar que la opinión pública se enterara de su condición, evitaba salir fotografiado en silla de ruedas. Cuando estaba de pie, normalmente iba siempre del brazo de un oficial.

Al final de su vida, el 32º presidente de EEUU también sufrió problemas del corazón y de hipertensión, algo que su médico en la Casa Blanca obvió revelar durante la campaña para su cuarto mandato. Murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.

JOHN FITZGERALD KENNEDY (1961 - 1963)

Lejos de su aspecto jovial y aparente vitalidad, JFK y su entorno tuvieron que esforzarse mucho para esconder sus problemas de salud durante las primarias contra Lyndon B. Johnson y la posterior campaña presidencial contra Richard Nixon. Tal como se ha sabido posteriormente a partir de distintos informes médicos, el 35º presidente estadounidense tenía la enfermedad de Addison, un trastorno de las glándulas suprarrenales, que no producen suficientes hormonas. Como consecuencia, Kennedy sufría de un extremo dolor de espalda que, en algunas ocasiones, le impedía incluso subir un tramo de escaleras. Por supuesto, todo esto fue escondido de la opinión pública y los Kennedy negaron muchas veces que el famoso JFK estuviera enfermo.

RONALD REAGAN (1981 - 1989)

Cuando se habla del 40º presidente de los EEUU, es fácil pensar, primero de todo, en la guerra de las galaxias, el neoliberalismo y su previa carrera como actor de Hollywood. No obstante, el historial médico de Ronald Reagan es también uno de los más serios de entre todos los mandatarios que ha tenido el país.

Entre otros problemas de salud, durante sus ocho años en la Casa Blanca lo operaron de cáncer de piel y de colon, y ya a finales de su segundo mandato empezó a mostrar síntomas de degeneración cognitiva propias del alzhéimer. Sin embargo, no fue hasta 1994, cuando ya no era presidente, que hizo pública su enfermedad.