Las autoridades belgas rechazaron la celebración de una gran manifestación contra el terror y el odio en el centro de la capital belga el pasado 27 de marzo. Los atentados de Bruselas, ocurridos apenas unos días antes, estaban demasiado recientes, la amenaza seguía estando muy presente y no se daban las condiciones para garantizar la seguridad de los asistentes. Esa marcha tiene lugar finalmente este domingo y la policía espera la asistencia de 15.000 personas.

El cortejo arrancará a las 2 de la tarde de la estación Norte de Bruselas. Recorrerá durante unos centenares de metros la calle que transcurre paralela al canal que separa el centro del barrio de Molenbeek. De ahí seguirá hasta la plaza de la Bolsa, convertido en el centro neurálgico del homenaje a las víctimas de los atentados del 22 de marzo, para terminar con música en la plaza Fontainas hacia las cuatro y media de la tarde donde familiares de víctimas, socorristas y parte del personal del aeropuerto de Bruselas tomarán la palabra.

Se espera, no obstante, que una segunda marcha arranque también desde el centro de Molenbeek. “Hay asociaciones que quiere mostrar que Molenbeek es una comuna abierta y multicultural”, explica Emmanuel Foulon, uno de los organizadores sin dar cifras sobre posibles participantes pero apuntando a los 20.000 que estimaron de cara a la primera edición de la marcha anulada. “Haya 50, 500 o 5.000 personas no me importa. Lo que cuenta es el símbolo”, asegura.

Más de 150 organizaciones han confirmado ya su presencia en este acto de ahí la fuerte presencia augurada por la policía. El cortejo recorrerá las calles dividido tres bloques: el primero formado por supervivientes y sus familias, el segundo representantes de grupos religiosos reconocidos y el tercero simpatizantes. De ahí que la marcha no concluya en la plaza de la Bolsa, con capacidad para unas 5.000 personas, sino unos centenares de metros más lejos, en la plaza Fontainas.

La policía, que ha tenido varias semanas para prepararse, ha recomendado a las personas que quieran asistir que lo hagan sin mochilas, que estarán prohibidas en todo el recorrido, y que lleven sus documentos de identidad consigo. En los dos atentados del pasado 22 de marzo, el cometido contra el aeropuerto de Zaventem y la estación de metro Maelbeek, murieron 32 personas y hubo más de 300 heridos. De ellos, 44 seguían este viernes ingresados en el hospital, 23 en cuidados intensivos y 16 en centros especializados para grandes quemados, según el último balance de la ministra de sanidad, Maggie De Block.