El mariscal Jalifa Hafter, líder del Ejecutivo no reconocido del este de Libia y hombre fuerte del país, anunció este lunes que se dispone a asumir el control político del país y, por tanto, se desliga definitivamente del acuerdo forzado por la ONU en el 2015 y que impuso la formación del actual Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA). El anuncio de Hafter provocó el rechazo de la Unión Europea, EEUU y Rusia.

Durante un discurso televisado de algo menos de cuatro minutos, Hafter desafió a la comunidad internacional asegurando que el pacto del 2015 "destruyó su país" y "ahora es historia". También aseguró que su decisión responde a "la voluntad del pueblo". No obstante, esta afirmación fue negada este martes desde las filas de la tribu de Misrata, el clan más importante de la región del este de Libia, que apoya al primer ministro del GNA, Fayez Serraj, y que mantiene sus posiciones armadas en la capital, Trípoli.

A Hafter le apoyan en su ofensiva Jordania, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Rusia. Frente a la alianza del general Hafter, los leales de Serraj, apoyados a su vez por Italia, Qatar, Turquía y sus mercenarios sirios, mantienen el pulso y la determinación de impedir que el nuevo hombre fuerte de Libia ocupe la silla vacía de Muammar el Gadafi y se haga con el control de los recursos petrolíferos.

"Hafter sigue soñando", declaró a EL PERIÓDICO desde Trípoli Ahmed Naaji, un militante civil alineado con las tesis del gobierno de Serraj. "¿Quién le legitima realmente? pues los de siempre, los que se sitúan al Este de Libia, en donde impuso su hegemonía política y militar en los últimos cuatro años. Nada ha cambiado", continuó el militante. "Muchas familias que han perdido a sus hijos por apoyar al mariscal en esta última guerra siguen esperando una compensación económica", añadió.

Rechazo a la vía unilateral

El portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano, consideró que el anuncio de Hafter "no puede ser aceptado". "Cualquier intento de llevar adelante soluciones unilaterales y por la fuerza no va a dar una solución sostenible", añadió antes de reclamar que se retomen las conversaciones entre las dos partes en conflicto.

El titular de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, también rechazó la declaración de toma del poder del mariscal aunque también manifestó sus discrepancias con Serraj, a quien le afeó que declarara que seguirá "luchando hasta controlar todo el país". EEUU, por su parte, lamentó la "sugerencia" de Hafter de que los "cambios en la estructura política de Libia pueden ser impuestos a través de una declaración unilateral".