El presidente de Chile, Sebastián Piñera, invitó ayer a Michelle Bachelet, su antecesora en el cargo y actual Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, a que envíe una comitiva que se «informe sobre el terreno» de lo que sucede en el país tras una semana de protestas. El Gobierno formuló una invitación similar a José Miguel Vivanco, director de la división de América de Human Rights Watch, quien ha sido severamente crítico por el uso de la fuerza policial para reprimir las manifestaciones.

La protesta ha dejado al menos 18 muertos, más de 2.000 detenidos y numerosos heridos, así como cuantiosos daños económicos. El director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ha recibido denuncias de torturas, vejaciones, palizas y agresiones sexuales por parte de militares y policías que han hecho recordar los años de la dictadura de Augusto Pinochet. En las redes sociales circulan escenas que en los años 70 se silenciaban pero que en la era digital pueden ser captadas por los teléfonos móviles. Así, los chilenos han descubierton en Instagram que la policía militar (Carabineros) ha sido en ocasiones indiferente o partícipe de saqueos. Y también se escuchan las voces de ciudadanos que fueron obligados a desnudarse.

RESERVISTAS DEL EJÉRCITO / Miles de personas continuaron ayer en las calles exigiendo a Piñera algo más que mejoras en el sistema de pensiones y el salario mínimo, el acceso a los medicamentos y la protección infantil y una mayor carga impositiva a los más ricos. El mandatario dejó entrever que si el estallido social cede, las medidas drásticas comenzarán a ablandarse. «Queremos terminar con los toques de queda y ojalá levantar los estados de emergencia», dijo.

Por lo pronto, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, informó sobre la firma de un decreto para llamar a servicio a activo a reservistas del Ejército. A su vez, Piñera pidió al Congreso que dé luz verde a sus propuestas para mitigar el enojo colectivo.