El trabajo sigue desapareciendo bajo el golpe del coronavirus en Estados Unidos y son ya más de 26 millones de estadounidenses los que se han sumado a las listas del paro desde que empezó la crisis. Los últimos 4,4 millones lo hicieron en la semana que acabó el 18 de abril, según los datos publicados este jueves por el Departamento de Empleo.

La cifra representa una ligera mejoría respecto a la semana anterior, cuando 5,2 millones de personas solicitaron prestaciones de desempleo, pero es la quinta semana consecutiva de destrucción de empleo. Y aunque el mayor golpe se sintió entre mediados y finales de marzo, cuando se evaporaron 13 millones de empleos, según datos de la Reserva Federal, el impacto, real e histórico es evidente, especialmente si se compara con la recesión de la última crisis financiera. Entonces nueve millones de estadounidenses se quedaron sin empleo. Cifras como las actuales no se veían desde la Gran Depresión.

"Estos números increíbles enmascaran mucha de la demanda real y es lo que vamos a ver a lo largo del próximo mes", ha advertido en declaraciones a 'The Wall Street Journal' Maria Flynn, presidenta de la organización Trabajos para el Futuro.