Más de 4.000 personas fueron rescatadas el martes en el canalde Sicilia en 23 operaciones de la Guardia Costera italiana, que se añaden a las 19.453 que desembarcaron desde enero, un 90% más que el pasado año en el mismo período, con 2.500 menores no acompañados. La frenética actividad de los militares para salvar vidas de personas que, tras el cierre de la llamada ruta balcánica, han elegido pasar por Italia, se produce en uno de los momentos más duros del rechazo europeo por la “barrera” que Austria está preparando en la zona de Brennero, en el norte de Italia.

Las autoridades de Viena han explicado que no se tratará de un muro de alambre de espino, sino de varias estructuras de control militar y policial que garanticen no frenar el paso principal de personas y mercancías entre el norte y sur de Europa. El objetivo, según han repetido este martes las autoridades austriacas, es parar una avalancha migratoria estimada en 300.000 personas que en los próximos meses se espera en Brennero.

Mientras la UE rechaza esta nueva supresión de hecho de la libre circulación en el espacio de Schengen, las naves militares atracadas en el canal de Sicilia estuvieron ocupadas durante toda la noche y la mañana de hoy en atender las llamadas de socorro de decenas de embarcaciones procedentes de Libia y Egipto.

SOLUCIÓN "NO JUSTA"

“Construir barreras entre Estados de Schengen y ahora particularmente entre Austria e Italia, no es la solución justa”, ha dicho este viernes el comisario europeo de Inmigración,Dimitris Avramopoulos, en la Eurocámara. Ha añadido creer en la “construcción de puentes y no de muros, porque necesitamos una política de emigración que no lleve a cerrara froneras internas, poniendo a Shengen en riesgo".

Werner Faymann, canciller austriaco, ha declarado este martes que “las nuevas medidas legislativas sobre el derecho de asilo no son deseables, sino necesarias y justas” y que “no hacer nada para acoger a personas sin límites ni controles, está absolutamente fuera de discusión, asumo la responsabilidad”.

Los controles más rígidos en la frontera de Brennero deberían comenzar dentro de un mes y medio aproximadamente, según ha dicho Han Peter Doskozil, ministro de Defensa austriaco. Mientras, la sociedad de las autopistas del país ya ha iniciado la construcción de marquesinas para las operaciones de control.