Al menos 71 personas han muerto en Guta, un conjunto de poblaciones satélites situados a las afueras de Damasco y que está bajo control de los rebeldes, como consecuencia de los intensos bombardeos lanzados en la zona por el régimen de Bashar el Asad, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los ataques, perpetrados por aviones de combate y proyectiles de artillería, han dejado 325 heridos. Guta es el único enclave cercano a la capital que está en poder de los rebeldes.

El mayor número de fallecidos se registró en la población de Hamuriya, donde al menos veinte personas perdieron la vida por los bombardeos. El resto de víctimas mortales perecieron en Saqba, Otaya, Yisrín y Zamalka.

Los también llamados cascos blancos, organización que se dedica principalmente a buscar supervivientes entre los escombros tras un bombardeo, han publicado un vídeo grabado minutos después del ataque en el que se ve a civiles deambulando desorientados por la calle y amplios destrozos en edificios.

Aumento de ataques

En las últimas semanas, cientos de personas han perdido la vida por el aumento de los ataques contra Guta, donde la ONU calcula que hay unas 400.000 personas atrapadas por el asedio gubernamental desde el 2013.

A principios de este mes la ONU pidió una pausa humanitaria de al menos 30 días en el conflicto para poder asistir a cientos de miles de sirios en zonas asediadas o de difícil acceso y para evacuar a enfermos y heridos. El pasado 14 de febrero entró el primer convoy humanitario a Guta desde finales de octubre.

Los rebeldes, por su lado, han lanzado disparos de mortero contra diferentes distritos de Damasco que han matado a un niño y producido heridas a otros ocho, según ha informado la agencia de noticias oficial siria SANA.