Los combates del lunes y martes al este de Siria entre fuerzas del régimen apoyadas por Rusia y grupos rebeldes sirios, han dejado más de 100 combatientes muertos, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Según el OSDH, las fuerzas del régimen atacaron el martes, apoyados por la aviación rusa y fuerzas terrestres, zonas controladas por el Estado Islámico (EI) en el desierto sirio.

Cerca de 30 soldados de ambos bandos murieron en estos enfrentamientos en el desierto de Badiya, una vasta extensión entre Homs, Hama, Raqqa y Deir ez-Zor.

A pesar de su derrota y la caída del califato en marzo de 2019, el Daesh mantiene su capacidad para realizar ataques, sobre todo en esta zona desértica.

La ofensiva del régimen sirio llega un día después del lanzamiento de cientos de obuses contra posiciones del gobierno de al Asad en Idlib por los grupos rebeldes afiliados al Frente Nacional de Liberación (FNL).

El ataque del FNL fue en respuesta a los bombardeos rusos sobre uno de sus campos de entrenamiento de soldados al noroeste de Idlib que dejó casi 80 muertos.

El portavoz del FNL, Naji Mustafa, calificó su acción de "respuesta inmediata y directa al crimen" de la víspera, dirigida contra las fuerzas del gobierno al sur de Idlib y en el norte de Hama, precisó a la AFP. El FNL es una coalición de grupos rebeldes próximos a Ankara.

"La respuesta continuará y será contundente", recalcó Mustafa del FNL, acusando a Rusia de intentar "sabotear" la tregua en vigor en Idlib desde marzo.

La mitad de la provincia de Idlib así como porciones de las provincias contiguas de Hama, Alepo y Lataquia están todavía en manos de grupos rebeldes y el régimen de Damasco reiteró en repetidas ocasiones su determinación a reconquistar completamente el territorio.

La región, de tres millones de habitantes, está dominada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), pero es también refugio de grupos rebeldes menos influyentes, como los que integran el FNL.

Desde marzo de 2019, más de 900 combatientes del régimen han muerto durante los combates, así como 140 miembros de las milicias aliadas, por 500 yihadistas, según la OSDH.

Iniciada en 2011, la guerra de Siria ha costado la vida a más de 380.000 personas y empujó al exilio a varios millones.