L a ciudad de Berlín acogió ayer una nueva manifestación de colectivos contra las restricciones para combatir la pandemia de coronavirus, entre ellos grupos de la extrema derecha, marcada por la desobediencia desafiante y generalizada al uso de la mascarilla y algunas escaramuzas entre las fuerzas policiales y algunos radicales. Unos 200 ultras fueron detenidos por altercados.

La Policía de Berlín optó por ordenar la disolución de la marcha, en la que participaban unas 18.000 personas, unas dos horas después de que se hubiese iniciado. La mayoría de los manifestantes iban sin mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad, dos de las condiciones esenciales impuestas para autorizar su celebración.

Horas después, se reagruparon ante la Columna de la Victoria unas 30.000 personas, según estimaciones policiales, en un ambiente mayoritariamente festivo. En paralelo, y mientras el grueso de los manifestantes seguía mayoritariamente la orden de abandonar la marcha, en las cercanías del Parlamento y de la embajada rusa se producían enfrentamientos entre agentes antidisturbios y ultras, que portaban símbolos y banderas anticonstitucionales. Algunos de ellos formaban parte del «identitario» denominado Reichburger (Ciudadanos del Reich).

El responsable de Interior del gobierno regional de la ciudad-estado y capital alemana, Andreas Geisel, informó de unas 200 detenciones, que se produjeron tras los altercados protagonizados por unos 2.000 radicales.

La marcha fue autorizada en la madrugada de este sábado por un tribunal administrativo tras días de tensión por la prohibición inicial del Ayuntamiento de Berlín. El consistorio alegó el riesgo de incidentes violentos, violaciones de la normativa sanitaria y posible presencia de elementos de ultraderecha.

Los organizadores, Querdenken 711 (Pensamiento Lateral 711), habían planificado una larga marcha y concentración para la que se habían inscrito alrededor de 22.000 personas.

Pese a la vistosidad de las marchas, la opinión mayoritaria alemana respalda las restricciones, en un país en que ni en los momentos más álgidos se confinó a la población. Un 60% de los ciudadanos las defienden, según el último Politbarometer de la televisión pública ZDF, mientras que un 28% cree que deberían reforzarse y un 10% las considera exageradas.

La única formación parlamentaria que respalda esas convocatorias es la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), líder de la oposición en el Bundestag (Cámara baja) desde el 2017, pero que ha perdido fuelle y tiene ahora una intención de voto del 9%, según los sondeos.

Por otro lado, en la capital francesa, la manifestación fue más discreta. Solo congregó a unas 300 personas que protestaron contra la «manipulación» del Gobierno, al que acusaron de intentar «meter miedo a la población» mediante la imposición de la mascarilla en las grandes ciudades. La marcha fue disuelta por la Policía porque no se respetaron las normas sanitarias. H