Más de medio millón de militares y milicianos venezolanos comenzaron este viernes dos días de ejercicios de defensa sin precedentes en diferentes regiones del país, y que tienen como telón de fondo la vigencia del estado de excepción y la emergencia económica. El presidente Nicolás Maduro dijo que estas maniobras, bautizadas como “Independencia 2016", garantizarán “que nadie se meta con Venezuela”.

Los simulacros se realizan en medio de rumores sobre controversias dentro del frente castrense, y los nuevos intentos de diálogo político con la oposición que involucran entre otros al ex jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. El ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López, justificó el desplazamiento de miles de uniformados. Venezuela, dijo, “está amenazada” por factores internos y externos.

El pasado martes, Maduro denunció una doble incursión de un avión militar de Estados Unidos en territorio venezolano “para labores de espionaje inusuales”. Previamente, acusó al ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, de fomentar una intervención armada desde el exterior. La diputada chavista Carmen Meléndez consideró que las prácticas militares permitirán medir la capacidad operacional “ante cualquier contingencia de la nación”. En cambio, para el presidente de la Asamblea Nacional (AN), el único peligro de "conmoción interna" lo representa Maduro.

EL DIFICIL CAMINO DEL DIÁLOGO

Los ejercicios tienen lugar horas después de que Zapatero, junto con otros presidentes latinoamericanos, comenzaran a sentar las frágiles bases de un diálogo entre el Gobierno y la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Maduro le dio su bendición. La MUD agradeció el “gesto positivo” del exmandatario español, ratificó su “disposición a participar” de las conversaciones siempre que sean útiles al país y no "una maniobra de distracción" destinada a "ganar tiempo".

El diálogo, añadió la oposición, “debe tener agenda precisa, objetivos claros, reglas transparentes y sobre todo respeto por el sentido de urgencia ante la gravedad de la crisis”. La MUD defendió en ese sentido la necesidad de convocar a la consulta revocatoria y el cese de las causas judiciales como la de Leopoldo López. La hermana y el cuñado de este dirigente encarcelado por las protestas de abril de 2014 recibieron el jueves la nacionalidad española. Ese beneficio había sido otorgado anteriormente a los padres de López.

MADURO Y EL REFERÉNDUM

“No soy venado y me están cazando, me tengo que cuidar”, dijo Maduro sobre las presiones de la MUD para realizar el referéndum, al que definió como una "opción" y no "una obligación" constitucional. “Si el poder electoral dice que no se han cumplido los requisitos, esa opción no va y no la van a imponer con la violencia. Palabra santa, sagrada, la que emita el Consejo Nacional Electoral (CNE)”, señaló el presidente.

Tras la reunión con Zapatero, Maduro incorporó sin embargo un matiz político llamativo. Si la CNE, agregó, dice que se han cumplidos los requisitos, “el próximo año convoca al reférndum, el primero que va a salir a decir ‘amén’ será Nicolás Maduro y la revolución se activaría en la calle a decirle 'no' al referéndum golpista”. La MUD quiere una consulta en 2016.