En menos de 24 horas, el Gobierno británico perdió dos votaciones relacionadas con el brexit, después de que conservadores rebeldes se unieran a las fuerzas de la oposición. La Cámara de los Comunes rompió ayer la estrategia de Theresa May con una enmienda presentada por un diputado conservador, Dominic Grieve, que forzará a la primera ministra a volver al Parlamento en el plazo de solo tres días hábiles, con un nuevo plan, en caso de que pierda la votación sobre el acuerdo de la b el próximo martes.

La enmienda, aprobada por 308 votos a favor frente a 297 en contra, acelera el proceso y evitará que May agote el plazo máximo de 21 días de que disponía hasta ahora, para presentar un plan b. La Cámara temía que dejara correr el tiempo y agotara el calendario hasta que una salida sin acuerdo se impusiera como la única alternativa. Los diputados también podrían llegar a presentar posibles planes al actual pacto, que irían, desde seguir avanzando hacia una salida sin acuerdo, a quizás un nuevo referéndum, o elecciones generales. Tampoco puede descartarse la petición a la UE de una ampliación del plazo del articulo 50.

La votación estuvo precedida de una feroz disputa, de más de una hora, entre los diputados partidarios del brexit duro y el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow. Los brexiteers pusieron en duda su integridad, acusándole de parcialidad por haber aceptado la tramitación de la enmienda. Bercow les respondió explicando por activa y por pasiva, que él estaba allí para defender el derecho de los diputados a expresar sus puntos de vista y no los del gobierno de turno. También les recordó cómo en el pasado fue «escrupulosamente justo» con los partidarios de la permanencia y con los que desean salir de la UE. Un conservador llegó incluso a acusarle de llevar una pegatina antibrexit en el coche.

El martes por la noche el Gobierno ya había sido derrotado, cuando 303 diputados, frente a 296, sacaron adelante otra enmienda a la ley de finanzas, que limita el poder económico del Ejecutivo en la preparación de una salida de la UE sin acuerdo. Con la segunda victoria, el Parlamento ganó aún más control en el drama del brexit, que nadie sabe cómo resolver. Ninguna de las alternativas de los diputados al plan de May cuenta por el momento con respaldo mayoritario. El ministro británico para el brexit, Stephen Barclay, trató de restar importancia a la derrota, asegurando que, ocurra lo que ocurra el martes con el resultado de la votación, el Gobierno responderá «rápidamente». Barclay abrió un periodo de cinco días de debates en los Comunes sobre el pacto alcanzado con la UE. El voto previsto inicialmente para el 11 de diciembre quedó aplazado hasta el 15 de enero por May para evitar una «derrota significativa», como ella misma reconoció.