Theresa May advirtió el domingo a los rebeldes conservadores euroescépticos que, "un cambio de líder no haría las cosas más fáciles para el país, ni cambiaría la aritmética parlamentaria, sino que provocaría más incertidumbre". La primera ministra lucha con mantenerse en el cargo y por salvar el acuerdo de salida de la Unión Europea.

May multiplicó sus intervenciones en los medios de comunicación, decidida a llegar hasta el fina. May reconoció que la semana que comienza será decisiva. "Estos siete días van a ser críticos para el futuro de este país, los puestos de trabajo de la gente y el futuro de sus hijos y sus nietos", advirtió.

ENCUENTRO CON JUNCKER

Si la moción que se está fraguando para deponerla no consigue la deja antes fuera de juego, May viajará esta semana Bruselas para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, antes de la cumbre extraordinaria prevista para el próximo domingo, donde los mandatarios de la Unión Europa ratificarán el polémico acuerdo.

May estaría buscando algunos cambios en la declaración política de los 27, la que ha de de definir la relación futura entre el Reino Unidos y la UE cuando acabe el periodo tansitorio y que está en preparación en estos momentos. El texto según fuentes comunitarias tendrá una veintena de páginas como máximo, frente a las 585 del acuerdo de retirada. Este último, una vez firmado, será vinculante legalmente.

POSIBLE MOCIÓN

La agenda de la 'premier' está a expensas de lo que pueda ocurrir en la agónica confrontación con su propio partido. El presidente del Comité 1922, Graham Brady, que es el depositario de las cartas de diputados conservadores para poner en marcha la moción de censura, dio a entender el domingo que aún no tiene las 48 necesarias, aunque aclaró que ni siquiera le dirá a su mujer, que es su asistente también, cuántas ha recibido.

De haber un voto de confianza los próximos días y si May lo perdiera, sería casi imposible que la cumbre de líderes europeos siguiera adelante. "No se trata de políticas de partido", señaló la primera ministra defendiendo el pacto alcanzado. "Se trata de asuntos importantes para este país, del interés nacional y estoy decidida a sacarlo adelante",dijo.

ABUSO Y CHANTAJE

May se enfrenta además dentro del Gobierno a la beligerante "banda de los cinco", integrada por ministros euroescépticos dispuestos a forzarla a que negocie modificaciones en el acuerdo. "Se puede conseguir uno mejor", declaró la cabecilla del grupo, Andrea Leadson.

El que fuera responsable para el ‘brexit’ hasta que dimitió el jueves, Dominic Rabb, también echó leña a la hoguera. Rabb criticó en términos muy duros el acuerdo. "Creo que han abusado de nosotros. Diría francamente que casi nos han chantajeado. Creo que llegados a un punto deberíamos haber dicho antes: 'lo siento, pero este es el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y no podemos aceptar que nos dicten esos términos'".

El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn anunció que su partido votará contra al acuerdo en el Parlamento. Corbyn, aunque sin descartar esta vez un segundo referéndum, repitió que en estos momentos, "no es una opción".