Los veinte rehenes, la gran mayoría extranjeros, que han muerto a manos de un comando yihadista en un restaurante de Dacca, la capital de Bangladesh, fueron ejecutados por los secuestradores antes de que la policía llevase a cabo el asalto final al local, según han explicado las autoridades del país asiático.

Tras entrar en el local, los terroristas separaron a los bangladesís de los extranjeros. Entre los muertos hay al menos nueve italianos, siete japoneses, un estadounidense y una joven estudiante india.

La mayoría de las víctimas fueron asesinadas "con armas blancas", ha dicho el portavoz del Ejército, el coronel Rashidul Hasan. “Ha sido un acto extremadamente atroz”, apunta, por su parte, la primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina.

El asalto final se ha puesto en marcha a primera hora del sábado, doce horas después de que los yihadistas, siete hombres jóvenes fuertemente armados, irrumpieran pasadas las nueve de la noche del viernes en el Holey Artisan Bakery, una cafetería que comparte espacio con el restaurante O’Kitchen.

REHENES RESCATADOS

Los policías han logrado rescatar a 13 rehenes con vida y han abatido a seis de los siete terroristas, mientras que el que sobrevivió fue detenido, según ha informado la primera ministra bangladesí.

El Gobierno de Roma ha confirmado que entre los nueve compatriotas muertos hay cuatro hombres y cinco mujeres. Otro ciudadano italiano permanece desaparecido y otro logró escapar. Permaneció oculto toda la noche en el jardín del restaurante.

“Somos como una familia que ha sufrido una pérdida dolorosa, pero no nos doblegarán porque somos más fuertes que sus locuras”, ha dicho en un mensaje por televisión el primer ministro italiano,Matteo Renzi.

“Sentimos una gran indignación por este acto de terrorismo inhumano y despreciable, que se ha llevado tantas vida”, ha afirmado, por su lado, el primer ministro japonés, Shinzo Abe,

Poco después de la irrupción del comando yihadista al grito de “Alà akbar” (Alá es el más grande) en el restaurante, situado en elbarrio acomodado de Glushan, sede de varias embajadas extranjeras, el Estado Islámico (EI) se atribuyó el ataque en un comunicado aparecido en la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista.

En la nota, aparecida el mismo viernes por la noche, el EI aseguró que había 20 víctimas mortales en el interior del local. También se ha responsabilizado del ataque la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio.

BOMBAS EN LOS BOLSILLOS

Una fuente policial ha dicho que los atacantes tenían unos 20 añosy que vestían unos pantalones con muchos bolsillos donde escondían bombas artesanales. En una de las paredes del local había escrito “Alá nos conducirá al paraíso supremo”, ha explicado la misma fuente.

Uno de los supervivientes, uno de los chefs del restaurante de comida mediterránea, el argentino Diego Rossini, ha dicho a Efe que mientras estaba preparando las mesas vio a “un tipo que se desplomaba fuera (en el jardín) por disparos. Di por hecho que eran terroristas".

"Subimos unas diez personas (a la terraza), pusimos muebles en la puerta. Pensamos que los terroristas matarían a los clientes y se irían, pero al rato sentimos cómo empujaban la puerta, como si fuera una película de terror", ha relatado Rossini, que dirige la cocina junto a su compatriota Gastón Palacios, fuera de Bangladés estos días.

Tras pasar varias balas a su lado, el chef saltó cuatro metros de altura intentando agarrarse a un árbol, pero cayó a un pasillo aledaño al edificio hasta que finalmente fue rescatado.

El ataque terrorista es uno de los más mortíferos ocurrido en Bangladés por los yihadistas que, en los últimos 18 meses, han llevado a cabo diversos ataques a intelectuales, colectivos laicos y miembros de minorías religiosas.

Uno de los barrios más seguros de Dacca

El barrio de Gulshan de Dacca, lugar donde se ha perpetrado el ataque del grupo yihadista, acoge algunas embajadas y es una zona donde viven centenares de extranjeros y bangladesís de altos ingresos económicos. En un área muy protegida, una de las más seguras de la capital, con numerosos controles policiales en sus calles.

La seguridad, además, se reforzó el año pasado, cuando presuntos terroristas yihadistas mataron a un trabajador humanitario italiano. Fue un asesinato que se ha sumado a otros más, más de cuarenta, que se han registrado en el país a lo largo de los últimos tres años.

Los ataques, todos con el sello yihadista, han sido selectivos y han tenido como blanco a personas en concreto, escritores, blogueros, activistas, académicos y miembros que forman parte de minorías religiosas. La gran mayoría de los 153 millones de habitantes de Bangladés son musulmanes.

El ataque del viernes supone un salto en las acciones armadas de los extremistas. Ha sido un ataque bien planificado y coordinado.

A pesar de ello y del incremento de los atentados en los últimos años, las autoridades afirman que se tratan de hechos aislados, aseguran que controlan la situación y niegan que en el país asiático haya una red sólida de grupos yihadistas armados. En todo caso, ha llevado a cabo operaciones donde ha detenido a miles de personas, sospechosas de pertenecer a grupos radicales.