Los británicos empiezan a verle las orejas al lobo del ‘brexit’. La posibilidad, cada vez más real, de que las negociaciones con Bruselas acaben sin acuerdo y el país caiga en una situación caótica, está llevando a los votantes a reclamar una nueva consulta.

Por primera vez son mayoría los británicos que desean un referéndum sobre el resultado final de las negociaciones. El sondeo de YouGov para el diario 'The Times' indica que el 42% de los consultados considera necesario volver a las urnas frente al 40% que no lo desea. La idea está tomando más y más fuerza.

En menos de 48 horas una petición en favor de un nuevo referéndum lanzada por el diario 'The Independent' había se acercaba el viernes por la tarde a las 300.000 firmas. Personalidades como el exprimer ministro laborista Tony Blair, la exministra conservadora de Educación, Justine Greening, el ex líder de los liberales demócrtas, Nick Clegg, o la líder de los Verdes, Caroline Lucas, se encuentran entre los firmantes. También han defendido públicamente la propuesta gente tan popular como el exfutbolista y figura de la televisión Gary Lineker o el cantante Elton Jones.

El movimiento, principalmente apoyado por la organización “People’s vote”, ha ido ganando terreno ante la incapacidad de la clase política de ponerse de acuerdo sobre una estrategia viable para la salida de la UE.

Condena a muerte

El jueves el jefe negociador de los Veintisiete, Michael Barnier, descartó el "plan de Chequers" de Theresa May para la salida de al UE. La propuesta pretende que el Reino Unido conserve los vínculos comerciales más estrechos posibles con la UE tras el ‘brexit’, con un nuevo sistema de control del comercio de bienes, que deja el control y la recaudación de los derechos de adunas en su frontera con la UE en manos de los británicos.

"La UE no puede delegar, y no delegará la aplicación de su política y sus reglas aduaneras a su frontera con la UE", declaró Barnier en Bruselas, tras un segundo encuentro con el ministro británico para el ‘brexit’, Dominic Raab. Sus palabras son una condena a muerte para el plan. Y la pregunta que se hacen los británicos es, "¿Y ahora qué?".

Alimentos y medicinas

No resulta precisamente tranquilizador que el Gobierno haya admitido la existencia de planes de contingencia para garantizar el suministro de alimentos en caso de ‘brexit’ sin acuerdo. O que la sanidad pública (NHS) haya comenzado a hacer acopio de medicinas ante una posible crisis de existencias en fármacos y plasma. En las próximas semanas las autoridades van a anunciar otros 70 medidas y consejos de emergencia para empresas , negocios y ciudadanos de a pie.

Los funcionarios de transportes están evaluandocómo hacer frente a un eventual colapso en la frontera del puerto de Dover, por la que pasan más de 10.000 camiones al día, cuando deban someterse a los nuevos controles aduaneros. No sería imposible ver, se ha sugerido también, el despliegue de soldados para encargarse de tareas civiles, como trasporte de mercancías o víveres en ciertas zonas del país.

Un desbarajuste, que puede culminar en la recesión primero y la depresión económica del Reino Unido después, contra el que Blair clamaba en un tuit. "Treinta y tres millones de personas votaron en el referéndum de la UE esperando un país mejor, no más pobre, no para poner más presión aún en nuestro ya forzado servicio de salud, no para perder empleos, o para almacenar comida y medicinas. La última palabra deber ser suya".

Diplomacia veraniega

May tampoco parece tener mucho éxito en los intentos diplomáticos de negociar directamente con los mandatarios europeos, tratando a lo largo del verano de puentear a la Comisión Europea. La primera ministra se reunió el viernes con el primer ministro checo, Andrej Babis, quien antes del encuentro había dejado claro que compartía la posición expresada por Barnier. La primera ministra tenía previsto viajar a Salzburgo para hablar sobre el ‘brexit’, en esta ocasión con el ministro de Finanzas austriaco, Sebastian Kurzán.