Los médicos del hospital Charité de Berlín han asegurado que los análisis realizados al opositor ruso Alexei Navalni sugieren que este fue envenenado, en contra de la tesis mantenida por el personal sanitario que le atendió en el hospital de la localidad siberiana de Omsk.

El portavoz de la canciller alemana Angela Merkel, Steffen Seibert, ya había apuntado este lunes que el Gobierno consideraba "bastante probable" la hipótesis del envenenamiento, tal como había sugerido el entorno de Navalni tras su repentino empeoramiento de salud.

"Los hallazgos clínicos apuntan a una intoxicación con una sustancia inhibidora de colinesterasa", según asegura el centro médico. La sustancia concreta no ha podido precisarse todavía pero el hospital afirma que los efectos tóxicos han sido confirmados en varios laboratorios independientes.

EN COMA INDUCIDO

Navalni continua en coma inducido pero, según La Charité, actualmente su vida no está en peligro.

Navalni se sintió mal el jueves pasado mientras volaba de regreso a Moscú desde Siberia, obligando a realizar un aterrizaje de emergencia al avión en que viajaba en la ciudad de Omsk, donde quedó ingresado en coma en la UCI con respiración asistida.

Tras ello, su portavoz, Kira Yarmish, sostuvo que este había sido envenenado con alguna sustancia que se introdujo en el te que tomó por la mañana en el aeropuerto. Sin embargo, los médicos rusos llegaron a la conclusión de que lo que sufrió Navalni fue un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída del nivel de azúcar en la sangre.

Finalmente, el opositor fue evacuado en un avión medicalizado fletado por la ONG Cinema for Peace el sábado a Berlín, donde continúa hospitalizado sin que hayan trascendido datos sobre su estado de salud ni un diagnóstico sobre lo sucedido.

INCIDENTES RECIENTES

Hay una "cierta probabilidad" de que se trate de un envenenamiento, concedió el portavoz del Gobierno alemán, que se refirió, para argumentar, a otros incidentes similares "en la historia reciente rusa". No mencionó ningún caso concreto, pero apuntaba, entre otros, al envenenamiento con un gas nervioso militar de fabricación rusa del ex agente ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en marzo de 2018 en Salisbury (Reino Unido).

Medio año después fue el activista ruso Piotr Verzílov, que alcanzó notoriedad internacional al saltar al campo durante la final del Mundial de fútbol de Rusia entre Francia y Croacia, quien tuvo también que ser trasladado a La Charité de Berlín por un presunto envenenamiento.

Seibert recalcó que Alemania accedió a acoger al paciente por petición expresa de la familia y afirmó que el traslado de Navalni en avión medicalizado desde la ciudad siberiana de Omks a Berlín -más de 4.500 kilómetros- y su ingreso en el Charité fue una "iniciativa privada". El empresario y filántropo ruso Boris Zimin, afincado en Estados Unidos, ha anunciado que fue él quien costeó el traslado de Navalni a Berlín.