Para las aspirantes a primera dama de Estados Unidos, los cónclaves políticos donde se nomina al candidato son la oportunidad para presentarse al país en horario de máxima audiencia. Pero no basta con causar buena impresión. En gran medida, la intención de sus discursos reside en humanizar al candidato con detalles íntimos, tiernos o vulnerables de su personalidad. Un requisito todavía más imperioso en el caso de Donald J. Trump, quien se vende a sí mismo cómo lo mejor que le ha pasado al mundo desde la invención de la kryptonita. Melania Trump cumplió anoche con el primer objetivo, pero fracasó en el segundo.

Su aparición en el escenario fue el clímax de la primera jornada de laConvención Nacional Republicana de Cleveland, dedicada a ofrecer soluciones a las muchas amenazas que a ojos de los conservadores enfrenta el país, desde la inmigración ilegal al terrorismo islámico. Las luces se atenuaron y sonó el 'We Are The Champions' de Queen. Los delegados se pusieron de pie para aplaudir ante la inusual aparición de Trump, que se saltó la tradición para presentar a su tercera esposa, la madre de su hijo Barron. "Vamos a ganar, vamos a ganar a lo grande", dijo antes de describir a Melania como "una madre estupenda y una mujer extraordinaria". La inmigrante y exmodelo eslovena es poco amiga de las cámaras. Durante la campaña apenas ha intervenido. Sus contactos con el público ham sido fundamentalmente a través de varias entrevistas desde la Trump Tower.

"ES VUESTRO HOMBRE"

"He estado con Donald durante 18 años y conozco su amor a este país desde que nos conocimos", dijo Melania. "Nunca tuvo una agenda oculta en lo concerniente a su patriotismo porque, como yo, ama muchísimo a este país". Mucho más respetuosa con el lenguaje que su marido, habló de sus orígenes en "un pequeño y hermoso país comunista de Europa Central". De cómo aprendió el gusto por "la moda y la belleza" de su madre; y los negocios y los viajes de su padre. Hace dos décadas llegó a Nueva York y en el 2006 se convirtió en ciudadana estadounidense, lo que describió como "el mayor privilegio en el planeta Tierra".

A su marido se refirió con muchas generalidades y abundancia de parabienes. "Lo he visto luchar durante años para sacar adelante un proyecto y nunca se rinde", afirmó. "Si queréis alguien que luche por vosotros y vuestro país os puedo asegurar que es vuestro hombre". Melania describió a Trump como "un líder increíble", que "piensa a lo grande" y es "intensamente leal" a su familia, sus amigos y sus empleados. "Es duro cuando tiene que serlo, pero también es amable y cariñoso. Su amabilidad no siempre se nota pero es uno de los motivos por los que me enamoré de él".

Por momentos, su discurso tuvo tintes orwellianos, concretamente al tratar de contrarrestar esa imagen de Trump como abanderado de la América cristiana y blanca, muy propenso a los ataques racistas contra los musulmanes y los hispanos. "Su éxito indica inclusión en lugar de división", dijo con un inglés muy correcto que mantiene algo del acento eslavo. "Donald pretende representar a todo el mundo, no solo a alguna gente. Eso incluye a los cristianos, los judíos y los musulmanes, a los hispanos, los afroamericanos y los asiáticos, a los pobres y la clase media".

PLAGIO A MICHELLE OBAMA

Poco después de que concluyera su discurso, las redes sociales se llenaron de acusaciones de plagio. Se refieren a dos párrafos en los que explica los valores que heredó de su familia y que habría ha transmitido a su hijo. "Desde muy temprana edad, mis padres me inculcaron que hay que trabajar duro para lo que quieres en la vida. Que tu palabra te compromete y que haces lo que dices y mantienes tu promesa. Que tratas a la gente con respeto", afirmó Melania. Esas palabras son casi idénticas a las que pronunció Michelle Obama en la Convención Demócrata del 2008, cuando estaba en la misma posición que la señora Trump.

"Barack y yo nos criamos con muchos de los mismos valores", dijo entonces la actual primera dama. "Que hay que trabajar duro para lo que quieres en la vida, que tu palabra te compromete, que haces lo que dices que vas a hacer. Que tratas a la gente con dignidad y respeto, incluso cuando no los conoces e incluso si no estás de acuerdo con ellos".

Las similitudes siguen en el siguiente párrafo. Es ahora Melania la que habla. "Ellos me enseñaron y me mostraron valores morales con su ejemplo diario. Esa es una lección que sigo pasando a nuestro hijo y nosotros debemos pasarlas a las generaciones venideras". Michelle, por su parte, dijo: "Barack y yo nos hemos propuesto vivir nuestras vidas guiados por esos valores y pasarlos a la próxima generación". La campaña de Trump no ha querido hasta ahora responder a la polémica, pero el asunto dará que hablar.