Al menos 23 civiles han muerto como consecuencia de un ataque con cohetes y con un coche bomba contra un festival en mercado de la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, según ha confirmado el Gobierno regional.

La oficina del gobernador ha informado de que el ataque ha alcanzado un mercado de animales del distrito de Sangin , en una zona bajo control de los milicianos talibanes.

El presidente del Consejo Provincial de Helmad, Attaullah Afghan, detalló a Efe que se produjeron varias explosiones "en un mercado de ganado local al aire libre" en el distrito de Sangin, y aunque en un principio se cree que se trató de un ataque con morteros, aún no han descartado la posibilidad de que hubieran empleado una bomba casera. "En este incidente murieron 10 civiles, en su mayoría campesinos pobres, y hubo cerca de 20 heridos", añadió Afghan.

Zona de control talibán

Akhundzada dijo que la autoría del ataque aún no está clara, aunque subrayó que el distrito de Sangin es una zona insegura y que está principalmente bajo el control de los talibanes.

Uno de los portavoces insurgentes, Qari Yusuf Ahmadi, culpó del ataque en su cuenta de Twitter al Ejército afgano y escribió que "como resultado del mismo decenas de nuestros compatriotas civiles, incluidos niños, murieron o resultaron heridos", al igual que una gran cantidad de ganado.

La provincia de Helmad, una de las más inseguras del país y de la que 9 de sus 14 distritos están bajo el control talibán, ha sido testigo de enfrentamientos esporádicos en los últimos meses. Tanto el Gobierno afgano como los talibanes aseguran mantenerse en una posición defensiva desde la tregua de tres días que acordaron a finales de mayo con motivo de los festejos por el fin del mes sagrado musulmán del Ramadán.

Ambas partes se encuentran inmersas además en un complicado proceso de liberación de prisioneros (5.000 por parte del Gobierno y 1.000 por parte de los talibanes) como paso previo a las negociaciones de paz intraafganas que celebrarán en Catar y que buscan poner fin a 19 años de guerra en el país asiático.

El Gobierno ya ha liberado a unos 3.000 talibanes de sus prisiones y estos han hecho lo propio con cerca de 500 desde que comenzaron el intercambio -con interrupciones- en marzo, tras la firma del histórico acuerdo entre los insurgentes y Estados Unidos el 29 de febrero en Doha en el que se pactó la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán en 14 meses.