Al menos 25 personas han muerto, 20 han resultado heridas y 1,7 millones se han visto afectadas por la erupción del volcán de Fuego de Guatemala, la más violenta de los últimos años. La ceniza que lanzó el coloso alcanzó los 10.000 metros de altura sobre el nivel del mar y, según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), esta erupción, la segunda del volcán de Fuego este 2018, es la mayor de los últimos años.

El Gobierno de Guatemala, liderado por el presidente Jimmy Morales, ha decretado el estado de calamidad en los departamentos de Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez. El secretario de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio García, ha explicado que la aldea El Rodeo, en el departamento sureño de Escuintla, ha quedado prácticamente soterrada por la avalancha que descendió del cono volcánico y que el panorama es "bastante delicado" porque la lava no deja entrar. Hay un número indeterminado de desaparecidos y 3.100 personas han sido evacuadas, ha apuntado García. El Ejército ha desplazado a varias brigadas para colaborar en las labores de rescate de las personas que están atrapadas en sus comunidades.

Medios de comunicación locales y redes sociales han divulgado vídeos en los que se observa a las personas atrapadas por la avalancha incandescente que bajó del cráter del cono, el más activo de los 32 de Guatemala.

CRÍTICAS AL RETRASO EN LA EVACUACIÓN

Toda Guatemala ha sido declarada en alerta naranja, mientras que los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, donde su ubica el volcán de Fuego, están en alerta roja. El aeropuerto internacional La Aurora permanece cerrado como medida de prevención debido a que la pista se llenó de ceniza. También están en alerta todos los hospitales para atender a los afectados por este desastre.

García ha salido al paso de las críticas al retraso en la ubicación de la zona. Ha aclarado que la evacuación no se realizó en la mañana del domingo porque el panorama de la erupción no era tan fuerte, y no fue hasta tarde (madrugada en España) cuando fueron alertados de la avalancha de flujo piroclástico.

Las autoridades han advertido de que las lluvias son ahora la amenaza no solo para la población, sino para las carreteras que están ubicadas en los alrededores del volcán, y han llamado a los alcaldes para que verifiquen si el agua potable está o no contaminada.