Al menos treinta civiles han muerto este miércoles, entre ellos 13 niños, en bombardeos de la aviación siria y rusa en el enclave rebelde de Idlib, en el norte del país árabe, informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El bombardeo más grave se ha registrado en la localidad de Kafr Halab, en el oeste de la provincia de Alepo, donde han perdido la vida 11 civiles, entre ellos tres niños y dos mujeres.

La oenegé ha registrado al menos 134 bombardeos en la región controlada por los rebeldes, que se extiende por la provincia de Idlib y varias poblaciones vecinas en las provincias de Alepo, Latakia y Hama. El observatorio ha afirmado que este fue el día con más víctimas mortales desde que se intensificó la ofensiva gubernamental contra Idlib, el pasado 30 de abril. Desde esa fecha, han muerto 864 personas en la zona, entre ellos 285 civiles, incluyendo 68 niños, según el último recuento de la oenegé.

CONTROL ISLAMISTA

La ONU ha denunciado que los combates en Idlib han obligado a unas 270.000 personas a desplazarse. Según la entidad, la violencia en la zona continúa, con importantes ataques aéreos y fuego de artillería, que han acabado con la vida de un mínimo de 160 civiles. Idlib es la última región de Siria dominada casi por completo por las facciones rebeldes e islamistas, principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, la exfilial siria de Al Qaeda.

Una potencial ofensiva gubernamental sobre la zona fue detenida el pasado septiembre gracias a un acuerdo entre Rusia (aliada de Damasco) y Turquía (valedora de la oposición), pero ese cese de las hostilidades están haciendo aguas en las últimas semanas.

VIOLENCIA Y PELIGRO CRECIENTES

El Departamento de Estado de EEUU ha denunciado que estos ataques de las fuerzas sirias apoyadas por Rusia han lanzado este mes sobre varias poblaciones del norte del país árabe suponen una "escalada temeraria" del conflicto, lo que es "inaceptable".

En una rueda de prensa, la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, ha afirmado que "los ataques indiscriminados sobre civiles y sobre infraestructuras públicas como escuelas, mercados y hospitales suponen una escalada temeraria del conflicto y es inaceptable". "La violencia y los peligrosos efectos de estos actos deben acabar", ha subrayado Ortagus.

Casi 400 de los 535 legisladores de la Cámara baja de Estados Unidos enviaron la semana pasada una carta al presidente de EEUU, Donald Trump, para pedirle que siga involucrado en el conflicto en Siria y aseguraron que están "profundamente preocupados" por los grupos extremistas en ese país.

Muchos legisladores, incluidos miembros del Partido Republicano, se han mostraron preocupados por la decisión que Trump tomó el pasado diciembre de ordenar la retirada de los 2.000 soldados estadounidenses desplegados en Siria como parte de una alianza internacional contra el yihadismo, aunque luego accedió a mantener una pequeña presencia de militares para asegurar la derrota del grupo terrorista Estado Islámico (EI).