Al menos 32 personas han muerto y muchas permanecen en paradero desconocido tras reventar los muros de la represa de Patel, en Solai, una localidad en el suroeste de Kenia, después de varios días de lluvias torrenciales. La presa se quebró la noche del miércoles, provocando la inundación de campos de cultivos cercanos, así como de varias escuelas, un centro comercial y otros edificios.

Las autoridades han informado de que las operaciones de rescate siguen en marcha. Al menos 40 personas atrapadas en el barro han sido rescatadas la noche del miércoles por la Cruz Roja keniata, aunque los equipos de rescate temen que podrían haber muchas más víctimas atrapadas, incluidos menores, y han advertido de la posibilidad de que aumente el número de muertos, ya que muchas personas continúan desaparecidas.

Una "gran destrucción"

Según testimonios recogidos por el medio local Daily Nation, los testigos oyeron una "explosión" minutos antes de que el agua comenzara a brotar, arrasando centenares de casas.

Veronica Wanjiky Ngigi, de 67 años, ha contado a Reuters que se encontraba preparando un té cuando su nuera la alertó de que la presa había estallado y que debían refugiarse en algún lugar alto. "Ha sido un mar de agua. Mi vecino ha muerto cuando el agua ha golpeado las paredes de su casa, estaba ciego y no podía correr. Otro vecino también ha muerto. Todas nuestras casas han quedado arruinadas" ha contado Wanjiky.

Solai está situado en el condado de Nakuru, una zona con una importante actividad agrícola que exporta una gran variedad de productos a Europa y genera grandes beneficios y puestos de trabajo en el país. "El agua ha causado una gran destrucción, de vidas y de propiedades. Aún no podemos determinar la extensión total del daño", ha señalado el gobernador de Nakuru, Lee Kinyajui.

Temporada de lluvias

La presa de Patel forma parte de una megapresa situada en la parte superior de un total de tres embalses de propiedad privada que sirven para abastecer a las granjas y tierras de cultivo de la zona. Las otras dos presas se encuentran en buen estado, aunque también contienen una gran cantidad de agua, debido a los temporales. Hasta 20 familias han sido evacuadas de las zonas para evitar nuevos desastres.

Tras una fuerte temporada de sequía el año pasado, el este de África se ha visto afectado por varios meses de lluvias torrenciales que han forzado al desplazamiento de miles de personas en Kenia, Somalia, Etiopía y Uganda. Solo en Kenia, las lluvias han provocado 132 muertes y han desplazado a 222.000 personas en las últimas semanas, según los datos del Gobierno.