Al menos 34 policías muertos es el resultado provisional de varios ataques perpetrados por los talibanes en la provincia occidental afgana de Farah, una región vecina a Irán y conocida por ser un centro de contrabando de opio. Uno de los ataques se produjo la pasada noche en Balabuluk y murieron 23 agentes y otros tres resultaron heridos. En un segundo asalto, esta vez en la ciudad de Farah, los combatientes talibanes mataron a 11 policías y se incautaron de una gran cantidad de armas y equipos.

Farah, una remota y poco poblada provincia situada entre Irán y la provincia de Helmand, feudo de los talibanes, es el escenario de fuertes combates desde hace meses, en especial en Balabuluk. La región cubre importantes rutas de contrabando a Irán desde Helmand, uno de los principales lugares en la producción de opio de Afganistán.

Las fuerzas especiales afganas, con apoyo aéreo, han hecho numerosas incursiones en la zona pero no han podido evitar las reiteradas embestidas de los insurgentes. Estos ataques suponen un serio revés para el Gobierno del presidente afgano, Ashraf Ghani, que cuenta con el respaldo de Estados Unidos, y que es el blanco de fuertes críticas por los últimos atentado perpetrados en la capital, Kabul.

Elecciones generales

Desde que los talibanes anunciaron el inicio de su ofensiva anual de primavera el mes pasado, se han intensificado los combates en muchas áreas del país y se espera que continúen aumentando una vez se complete la cosecha de opio en las próximas semanas. La violencia también se ha incrementado en los centros de registro de electores, blanco de los talibanes y del Estado Islámico, abiertos para preparar las próximas elecciones generales.