"Córtale más fuerte; vamos, solo rómpele la espalda; utiliza la pala". "Déjale las piernas, lo colgaremos por las piernas". Estas eran algunas de las frases en ruso que pueden escucharse en un vídeo difundido la semana pasada por 'Novaya Gazeta', uno de los principales medios de la prensa independiente rusa, en el que se muestra a cuatro mercenarios del grupo Wagner en Siria, aparentemente en estado de embriaguez, torturando salvajemente a un individuo sirio, antes de decapitarlo y prender fuego a su cuerpo. La publicación ha conseguido identificar a uno de los torturadores e incluso ha mostrado una imagen de su pasaporte.

Se trata de Stanislav D. --el apellido se mantiene en secreto para evitar que la familia sea objeto de represalias--,un exagente de la policía en la ciudad de Stavropol, en el sur del país, que ingresó en el 2016 en Wagner con la intención, según dejó escrito, de "defender los intereses de la Federación Rusa en el extranjero". Contactada por 'Nóvaya Gazeta', la familia ha evitado hacer comentario alguno, e incluso algunos allegados han declarado que no lo conocen. Bellingcat, la página web de investigación sobre asuntos rusos, también ha llegado a la misma conclusión acerca de la identidad tras llevar a cabo sus propias pesquisas.

Aunque en un principio los agresores intentan cubrir sus caras, a medida que avanzan las torturas y el alcohol hace su efecto, bajan la guardia y llegan a mostrar sus rostros. La grabación fue realizada hace dos años en un zona petrolífera próxima a la ciudad de Homs, en el centro de Siria.

UN SIRIO QUE HABÍA HUIDO DE LA GUERRA

El torturado es un sirio de la localidad de Deir Ezor, de nombre Mohamed Taha al Ismail Abdalá. Había huido de la guerra en Siria y se había refugiado en el Líbano, aunque a su regreso a su país natal fue arrestado y alistado a la fuerza en el Ejército del régimen sirio.

Pese a que la propia publicación ha pedido a las autoridades judiciales rusas que abran una investigación, es poco probable que ello suceda. Preguntado al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha asegurado que lo sucedido "no tiene nada que ver con la operación militar rusa en Siria".