Fumata blanca en Berlín. Se ha hecho esperar, pero Alemania ya tiene listo un nuevo programa de gobierno «bueno y estable» con el que Merkel encara su cuarto mandato, hasta el 2021, más debilitada y al precio de duros sacrificios. Cuatro meses y medio después de las elecciones y tras 22 horas de reunión en la sesión final, la unión conservadora de Angela Merkel (CDU-CSU) y los socialdemócratas de Martin Schulz (SPD) presentaron ayer en un documento de 177 páginas las líneas generales que marcarán el rumbo de la primera potencia económica de Europa en los próximos cuatro años.

«Un nuevo comienzo para Europa». Bajo este título, el texto remarca como prioridad recuperar el relanzamiento de Europea junto con el presidente francés, Emmanuel Macron. Firmado por el SPD, el nuevo Gobierno se compromete a aumentar la contribución alemana para el presupuesto europeo y a crear un fondo monetario europeo controlado por el Parlamento. De la mano del comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, Bruselas celebró un acuerdo «bueno para Europa». Las bolsas recibieron el pacto con subidas generalizadas.

Sin embargo, el texto no alude a acuerdos más ambiciosos propuestos por Macron y apoyados por la Comisión Europea y el SPD, como la mutualización de la deuda, la creación de un ministerio de finanzas común y de una unión bancaria, aún un anatema para los conservadores.

SCHULZ DEJA LA PRESIDENCIA / Tras prorrogarse la negociación dos días seguidos, el pacto concede a los socialdemócratas seis ministerios, incluido el Finanzas, una importante victoria para el SPD. Controlada en los últimos ocho años por el padre de la austeridad fiscal, Wolfgang Schäuble, la cartera estará ahora en manos de Olaf Scholz, alcalde de Hamburgo y miembro del ala liberal del partido. Los socialdemócratas mantendrán cargos estratégicos como Justicia, Familia y Trabajo.

Debilitado dentro del partido, Schulz se pasará a la diplomacia como ministro de Exteriores y todo apunta a que en los próximos días dejará la presidencia del SPD pese a ser reelegido el pasado 7 de diciembre. Andrea Nahles, líder parlamentaria de la formación y exministra de Trabajo, apunta como su sucesora.

RESTRICCIÓN MIGRATORIA / La CDU también se queda con seis ministerios. Peter Altmaier, cercano a Merkel, será el próximo ministro de Economía. Ursula von der Leyen repetirá como titular de Defensa en un momento en el que Berlín planea incrementar el presupuesto militar y reforzar su presencia en el mundo. Julia Klöckner, valor al alza que algunos ven como posible sustituta de la cancillera, dirigirá la cartera de Agricultura. Educación y Sanidad también quedarán en manos de los conservadores.

Por su parte, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) ocupará tres ministerios, entre ellos el superministerio de Interior, Fomento y Patria, un guiño al electorado más conservador. En un acuerdo ya sellado el 30 de enero, el nuevo Gobierno asegura que restringirá la política migratoria y limitará a 1.000 casos mensuales la reunificación familiar de los refugiados, medida estrella de los conservadores bávaros. El espinoso tema ha evidenciado una grieta entre ambos partidos, y el SPD no descarta que la cifra se amplíe en casos excepcionales.

LOGROS DEL SPD / Conservadores y socialdemócratas han llegado a un acuerdo de mínimos en la propuesta reforma del sistema sanitario y del laboral, temas que pusieron en peligro el pacto hasta ayer. El SPD ha conseguido eliminar la encadenación indefinida de contratos temporales por parte de las empresas, una decisión victoriosa tomada para frenar la creciente precarización laboral. También añade la creación de una comisión para evaluar la paridad entre los seguros médicos públicos y privados. El partido de Schulz querían establecer un seguro médico universal.

Aunque no ha podido imponer más impuestos a los más ricos, el SPD ha logrado una agenda de ligeras mejoras sociales. En esa línea, se prevé un incremento de 2.000 millones de euros en el presupuesto para vivienda social, y otros 2.000 para educación y la reforma del debilitado sistema de pensiones públicas. A pesar de incrementar el apoyo a políticas sociales gracias al sobredimensionado superávit de las arcas alemanas de 45.000 millones de euros, endeudarse sigue sin entrar en los planes de Berlín.

El reparto de ministerios, favorable a los socialdemócratas, es similar al del 2005, cuando el SPD obtuvo casi los mismos diputados que la CDU. La concesión es dolorosa pero necesaria para Merkel, que quería evitar elecciones y asegurarse un cuarto mandato. «La pregunta de quién se queda con qué ministerios no ha sido fácil de responder», confesó Merkel. Los expertos apuntan a que la CDU se guarda un as para las europeas del 2019. Alemania debe elegir un comisario para Bruselas, puesto que los conservadores ya poseen con Günther Oettinger y que desean mantener.