Expectación en la Casa Blanca pero también en Berlín y en el resto de Europa. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibe esta tarde a la cancillera Angela Merkel, en una entrevista que marcará el tono del futuro de la relación de dos de los dirigentes más poderosos del mundo y de la crucial relación trasatlántica.

La entrevista viene precedida de fuertes desencuentros entre ambos, quienes desde que Trump es presidente solo han mantenido una protocolaria llamada telefónica, el 28 de enero, tras el juramento del dirigente estadounidense. Antes, Trump había arremetido contra Europa, con alabanzas al 'brexit' y particularmente contra Alemania y Merkel, calificando de "catastrófica" su política de acogida de refugiados. Merkel ha contestado a estas críticas y frente a los ataques de Trump a los medios de comunicación, ha defendido la libertad de prensa como pilar de la democracia.

También en las formas, los dos poderosos dirigentes son antagónicos: Arrogante e histriónico Trump, dura pero contenida Merkel. Fuentes del entorno de Merkel han revelado que la cancillera se ha preparado a fondo el encuentro y que acude a Wahsington con el "espíritu abierto". Desde la Casa Blanca, se predice un encuentro "cordial y positivo".

Comercio, defensa y cambio climático

Pero la agenda no es fácil. En el fondo, las diferencias son notables. En comercio, el proteccionismo de Trump choca con los intereses de Alemania, uno de los grandes países exportadores del mundo. En la discusión sobre la OTAN, el dirigente volverá a exigir un incremento de la contribución europea al presupuesto de Defensa, algo que contrasta con la visión defendida en la conferencia de Múnich recientemente por la cancillera: la seguridad del mundo no se garantiza solo con armamento, sino también con diplomacia, una partida que el primer presupuesto de Trump recorta drásticamente.

El clima será tambien objeto de fricción. Alemania quiere convertir este asunto en el eje central de la cumbre del G20 que presidirá en julio. En su proyecto de ley de presupuesto, Trump recorta todos los fondos destinados a la lucha contra el cambio climático.