Tras varios días sin pronunciarse, el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, rompió su silencio para defender a los manifestantes ultraderechistas de Chemnitz y señalar a los inmigrantes. «La inmigración es la madre de todos los problemas», dijo el miércoles en un encuentro a puerta cerrada con miembros de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) en Neuhardenberg. Según informó el diario Welt, el ultraconservador Seehofer aseguró ante sus correligionarios que entiende la «indignación» de los ciudadanos que salieron a la calle tras el «brutal crimen» de Daniel H., un ciudadano alemán de origen cubano que fue asesinado en una reyerta en la que los principales sospechosos son dos solicitantes de asilo, un joven iraquí y otro sirio.

El homicidio, del que aún se desconocen muchos detalles, fue instrumentalizado por grupos ultraderechistas como el partido antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) o el movimiento islamófobo Pegida, que lo utilizaron para cargar contra la cancillera Angela Merkel y sus políticas migratorias. Seehofer dijo que de no ser ministro también habría salido a la calle aunque «obviamente no con los radicales». El máximo dirigente de la CSU también se ha desmarcado de los actos violentos protagonizados por neonazis, asegurando que «por muy malo que sea un crimen nada justicia la violencia», pero esquivó responder sobre las imágenes en las que se vio a hombres haciendo el saludo hitleriano.

El primer ministro de Sajonia, el conservador Michael Kretschmer, contradijo a Merkel al remarcar que en Chemnitz «no hubo turba, no hubo persecución, no hubo pogromos». Las palabras de quien es principal crítico de Merkel tienen que ver con las elecciones que el Estado de Baviera celebra el 14 de octubre. La aparición de AfD ha desangrado a la CSU, que según los sondeos obtendría el 36% de los votos, 11,5 puntos menos que en el 2013, mientras que la formación islamófoba entraría en el Parlamento regional con el 14% de los escaños.