Desde el año 2012 varios países del centro y este de Europa han exportado armas y municiones por valor de 1.200 millones de euros, en su mayoría a Arabia Saudí, y se teme que parte de ese arsenal haya terminado en Siria y otros países en conflicto en Oriente Medio.

Así lo asegura una investigación, recogida hoy por medios locales, de la Red de Investigación del Crimen Organizado y la Corrupción (OCCRP ), un consorcio de centros investigadores y medios del Este de Europa y Asia Central, y la Red de Investigación Balcánica (BIRN).

Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Chequia, Eslovaquia, Montenegro, Serbia y Rumanía han pactado la mayoría de esos acuerdos de exportación de armas y municiones con Arabia Saudí, por valor de 829 millones de euros, indica la investigación.

En ese periodo de tiempo también se exportaron armas por valor de 155 millones de euros a Jordania, por valor de 135 millones a Emiratos Árabes Unidos y de 87 millones a Turquía.

"Los cuatro países receptores son los principales proveedores de armas a Siria y Yemen con poco o ningún historial de compra en Europa Central y Oriental antes de 2012. Y el ritmo de las entregas no se está desacelerando, con algunos de los mayores acuerdos aprobados en 2015", señala la investigación.

Este trabajo periodístico se realizó durante un año, según sus autores, y en ella se rastrearon datos de exportación de armas, informes de las Naciones Unidas, registros de vuelo y contratos de armas para la venta de miles de fusiles de asalto, granadas de mortero, armas antitanque y ametralladoras pesadas.

Según los autores de la investigación hay pruebas -marcas identificativas de armas y munición aparecidas en fotografías y vídeos de redes sociales- de que parte de ese armamento termina en Siria en manos de milicias responsables de numerosas atrocidades.

BIRN y OCCRP han reunido también pruebas de que ha habido demandas de grandes cantidades de armas antiguas de la época soviética y de la extinta Yugoslavia, como fusiles automáticos AK-47, ametralladoras pesadas y explosivos.

Según unos expertos consultados, esas armas no son compatibles con equipos militares árabes adquiridos en Occidente y posiblemente son "desviados" a Siria, o en menor medida a Yemen y Libia.

Los expertos citados por BIRN y OCCRP aseguran que el suministro de armas a grupos sospechosos de crímenes de guerra pone en entredicho la legalidad de ese comercio.

Patrick Wilcken, experto en tráfico de armas de Amnistía Internacional, considera que las pruebas de BIRN y OCCRP apuntan a la "desviación sistemática de armas a grupos armados acusados de violaciones graves de los derechos humanos".

"De ser así, las transferencias serían ilegales según el ATT (un acuerdo de la ONU de tráfico de armas de 2014) y otras leyes internacionales, y deberían ser interrumpidos inmediatamente", dijo.

El embargo a la exportación de armas a Siria fue levantado en 2013 bajo presión de Francia y el Reino Unido para que se puedan suministrar armas a la oposición al presidente sirio, Bachar al Asad.

Pero los especialistas advierten de que los países exportadores deben hacer análisis detallados de riesgos a la hora de la venta, y no sólo atenerse al habitual sistema de certificados como garantía de que las armas no serán reexportadas.

Bodil Valero, europarlamentaria sueca de Los Verdes, ponente en un informe de la UE sobre la venta de armas, advirtió de que evaluaciones de riesgo no se efectúan de forma adecuada.

También consideró que los factores económicos influyen mucho en las decisiones de los países de Europa Central y del Este sobre esas ventas de armas.

"En los últimos dos años miles de toneladas de armas han volado hacia el sur mientras que cientos de miles de refugiados han huido hacia el norte desde los conflictos que han matado a más de 400.000 personas (en Siria, Yemen y Libia)", señala la investigación.

"Pero mientras que los países balcánicos y europeos han cerrado la ruta de los refugiados, el envío de armas por avión y barco para Oriente Medio sigue abierta y es muy lucrativa", resume la investigación.