Le detuvieron en el 2006, tras permanecer 43 años prófugo de la justicia. El día que la policía le echó el guante, Bernardo Provenzano, considerado el capo de los capos de la Cosa Nostra, la mafia de Sicilia, se encontraba oculto en un pequeño caserío a dos kilómetros del mítico pueblo de Corleone, donde vivía su familia.

Diez años después de su captura, que fue celebrada en Palermo con manifestaciones espontáneas, Provenzano, de 83 años, apodado 'Binnu u tratturi', ha muerto a causa de un cáncer en la vejiga. Provenzano había sido condenado a 20 condenas de cadena perpetua. “Hacía ya tiempo que no estaba en sus cabales”, ha explicado su abogada, Rosalba Di Gregorio. La esposa y los hijos pudieron visitarle antes de fallecer en un hospital de Milán, ciudad en cuya cárcel cumplía prisión.

El nombre de Provenzano está asociado a la sangrienta luchaque libraron dos facciones mafiosas por hacerse con el mercado europeo de la heroína, lograr la supremacía criminal en la isla y expandirse a otros países de Europa.

Provenzano se había asociado al legendario Luciano Liggio, pintor de discreta fama, y el agricultor Salvatore (Totò) Riina. El pueblo de Corleone, situado a 70 kilómetros de Palermo, fue el primer escenario en la carrera criminal de Provenzano.

El capo se unió a sus socios después de que en 1958 la banda del también mafioso Michele Navarra le intentara asesinar. Navarra fue uno de los alcaldes de la zona que nombraron los Aliados en 1943, enagradecimiento por la ayuda prestada durante la segunda guerra mundial.

INFORMACIÓN SECRETA

La colaboración de la mafia -existe solo una documentación parcial que lo pruebe- había sido pedida al legendario Lucky Luciano,entonces detenido en EEUU, que habría entregado a los servicios secretos estadounidense la lista de las personas a contactar en Sicilia. En años sucesivos, el presidente John Kennedy la otorgaría la gracia “por méritos patrióticos”.

La guerra de bandas la ganó el trio Liggio-Riina-Provenzano. En 1993, 'Binnu' se hizo con la jefatura de la Cosa Nostra tras la muerte de Liggio y la detención de Riina. Uno de los mayores misterios que rodean a Provenzano es el supuesto pacto de "pax mafiosa" que habría alcanzado con el Estado italiano tras una oleada de ataques y atentados de la mafia ese mismo año como respuesta al proceso judicial Manos Limpias contra la corrupción política. La investigación puesta en marcha por al Fiscalía de Milán acabó con la Democracia Cristiana, que en Sicilia constituía el punto de referencia de Cosa Nostra.

Sobre el supuesto "pacto" hay un proceso y varios sumarios abiertos, aunque según los pocos periodistas italianos que investigan este asunto “nunca se conocerá la verdad”. Tal vez lo sepa Matteo Mesina Denaro, presunto capo heredero de Provenzano, que las crónicas sitúan escondido en Trapani (Sicilia) o desplazándose por Europa, aunque tras los arrestos y muertes de los “corleoneses” probablemente Cosa Nostra haya cambiado su vieja estructura jerárquica piramidal.